HAZLO POR TU BIENESTAR
ESCRIBE LAS OPINIONES QUE TIENES DE TI. TOMA NOTA DE LO QUE ACOSTUMBRAS A DECIRTE.
Hola, amiga(o) pensante. Nadie puede
impedir que una persona haga todo lo que tiene que hacer por su bienestar.
Todo el mundo goza de esa libertad,
y se supone que no estarán descalificándose, negándose, teniendo ideas y
pensamientos que los incapaciten o se nieguen así mismos el poder hacer lo que
deban hacer por su bienestar.
Por esa razón es extraño ver a algunas
personas orando y pidiendo milagros para que ese bienestar les caída del cielo.
Después que han estado viviendo sus vidas con indiferencia. Quizás considerando
que con solo pedir bienestar por arte de magia les será concedido.
El peor crimen que puede cometer una
persona consigo mismo es no darse cuenta de que lo que piense o considere de sí
mismo es una sentencia que se ejecuta de inmediato.
Observa esa comunicación que tienes
contigo, lo que te dices, las objeciones, opiniones o razones que te das ante
cualquier situación.
Cada uno de esos juicios o
interpretaciones acerca de las cosas, que te dices, te caen encima como cuando
abres la regadera. Pero no es agua que te cae, que se puede secar sola o usando
un paño. No, eso que te dices te penetra como un virus y se instala en tu
cerebro y mente y desde allí te convierte en el prisionero y victima de tus
propias palabras.
Tenga la seguridad que, si más es
el tiempo que se la pasa sufriendo, la conversación que tiene con usted mismo,
lo que se esta diciendo es criminal.
Escriba todo lo que se dice, lo que
piensa, las razones que se da, etc. Y se dará cuenta que son las mismas
palabras que se viene repitiendo desde hace un buen tiempo.
Estos son ejemplos que pueden
servirle para orientarse. “No puedo”, “eso no es posible”, “voy a probar,
a ver”, “nunca he podido hacer eso”, “nada me sale bien”, “tengo mala suerte”, “no
creo que pueda”, “todo lo que como me cae mal”, “nací para sufrir”, “siempre he
sido así”, “Hazlo tú que lo haces mejor”, etc. etc…
El pensante se convierte en lo que
piensa de si mismo. Las experiencias de la vida según sean los acontecimientos,
incitan, provocan o motivan a la persona a generar algún tipo de pensamiento
sobre sí mismo. Es esta conclusión a la que ha llegado sobre su persona la que
lo va a beneficiar o a matar. No son los hechos.
Recuerde: “no son los hechos”, son
las interpretaciones que de ellos usted haga.
Tampoco es culpa de mamá, papá, el
sistema, o la pareja; son los pensamientos que de usted mismo tenga.
Ay, Emilio, seguimos conectados y en sintonía de pensamiento. Fijate que mi antepenúltima entrada fue un relato sobre la vejez y tu anterior entrada trata de lo mismo. Y ahora te leo y mi última entrada se titula introspección, que precisamente es el llamado que haces aquí y que viene a complementar.
ResponderBorrarUn abrazo amigo pensante.
Me corrijo, mi penúltima, no la antepenúltima
ResponderBorrarSon curiosas esas coincidencias. ¿Verdad?. Saludos amiga.
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