LA MENTE NO ES UN BOTADERO DE BASURA
SI YA LOS HAS HECHO, TIENES TRABAJO QUE HACER
Hola,
amiga(o) pensante. Dios quiera no seas tú uno de los que acostumbran a pensar
con la creencia que lo que piensan o consideran se disipa y desaparece de su
vida.
Esta
especie de impresión de que se puede estar generando todo tipo de ideas sin
recibir ningún efecto negativo, produce en el pensante un descuido mortal para
su salud y bienestar psicológico.
Pero
estamos en una era donde de todas partes llegan informaciones acerca de la
importancia que tienen los pensamientos en la vida de quien los produzca.
Ya
eso de creer que los pensamientos no tienen importancia quedó para los niños o
jóvenes que están comenzando a vivir. Pero los padres no les advierten de los
riesgos de no empezar a prestarle atención al asunto. Mucho menos lo hace el
sistema educativo.
Es
así como llegan a edades donde necesitan trabajar en su personalidad para ser
más eficientes y se encuentran que la vaina no es fácil.
Por
el hecho de que la sociedad los mantenía ignorantes, estuvieron convirtiendo su
mente en un botadero de basura. Y ya ustedes saben lo hediondo y la cantidad de
alimañas que se reproducen en esos sitios.
¿Por
qué siendo tan jóvenes se suicidan, se deprimen, caen en ansiedad, buscan
alivios en las drogas y se inventan juegos mortales casi con la intención de
ser uno de los perdedores para morir?
Esta
pregunta se la hacen muchos adultos inteligentes. Y no tienen respuestas debido
a que ellos han venido haciendo lo mismo, crearon un basurero mental y están
sumergidos hasta el cuello atrapados en sus pensamientos.
No
se molesten, todos somos victimas de este sistema. La civilización en este
planeta lo ha sabido todo el tiempo, pero las conveniencias de unos pocos solo
apoyan y establecen como uso normal cualquier disparate que parezca que va a
resolverle los problemas mentales a la gente.
Un
ejemplo. Un disparate que se convirtió en un procedimiento oficial fue el que
le ocurrió a un trabajador ferroviario cuando un trozo de varilla de metal le
traspasó el cerebro y le voló algunos pedazos; el hombre no murió, pero si
cambiaron algunos comportamientos. ¡Eureka! … Todos se volvieron expertos en rebanar
cerebros.
Otro
ejemplo. Descubrieron que el cerebro trabaja con energía muy parecida a la energía
eléctrica. ¡Eureka! Descargas potentes de electricidad los curará de sus
loqueras.
Mejor
no sigo poniendo ejemplos, me voy a meter en vaina con el negocio de los
laboratorios.
En
conclusión, da vergüenza ajena ver a personas que están siendo victimas de sus
propios pensamientos.
La
gran depresión y estrés mundial que sufren los seres humanos son causados por
sus propios pensamientos.
Pero
lo que da tristeza y retorcijones en el estómago es que todos lo saben.
Los
interesados están pidiendo soluciones sencillas que ellos mismos puedan usar como
un acto más en su desenvolvimiento diario. Pensando en eso he escrito el
“Manual del pensante”. Para comienzo de año estará disponible.
Ha
sido un placer.
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