¿AÚN TE AFECTA LO QUE PIENSEN O DIGAN LOS DEMÁS?
LIBÉRATE DE LA GENTE QUE PIENSA Y HABLA MAL DE TI
Hola amiga(o) pensante. Cuando se
oye que alguien dice: “No me afecta ni me importa lo que piensen o digan los
demás de mí”. Bonita expresión. Pero
parece que el tono que se use puede decir lo contrario.
El solo hecho de tener alguna atención en el asunto, son señales de que
algo anda mal con ese pensante.
De alguna manera se ha dado cuenta que se le forma un remolino de
tormento, cada vez que se le dice algo que no quiere oír, o que imagina que lo
están pensando. Así que está convencido que eso que imagina; es lo que creen de
él.
Se convierte en una paranoia estar metido en
la cabeza de la gente para ver que están pensando. Y qué casualidad, todo lo
que ve con su poder telepático, es en su contra y lo afecta emocionalmente.
Es un comportamiento tan generalizado que se forman clubes de chismosos,
para causar que otros se “frieguen” (jodan) la vida ellos mismos.
Todos esos tormentos psicológicos tienen su origen en la irresponsabilidad
del pensante para aceptar las consecuencias de sus actos o forma de ser.
En otras palabras; existir, estar vivo es para él un problema.
Él sabe que, así como él tiene derecho a pensar lo que le dé la gana,
todo el mundo también lo tiene. Pero lo único que le encanta es que lo alaben y
le digan cosas bonitas.
Cualquier otra cosa que le digan que no sea de
su agrado es una ofensa. Es una violación a su supervivencia y tiene que hacer
un estallido emocional que espante a todo aquel que piensa mal de él.
Pero la mayoría de las personas lo que hacen es implosión emocional. El
estallido ocurre hacia adentro y se convierte en su propia víctima.
Estas personas con la paranoia a millón, que viven metidos en la cabeza
de los demás, y pendientes de todo lo que dicen para ver si es de él que están
hablando; las implosiones son tan seguidas que la vida se les va en un solo
malestar, rencor y deseo de venganza con todo aquel que le parece un agresor.
¿Pero saben cuándo se vuelven más violentos y
furiosos? Cuando ellos mismo creen que han procedido mal, y vienes tú a
decirles que está mal lo que hicieron.
Cuando hagan eso prepárense para salir corriendo. Se vuelven locos de
remate, pierden el juicio y el amor o la amistad la mandan al carajo.
¿Qué razones puede tener una persona para estar pendiente de lo que
digan o piensen los demás?
Existen buenas razones; y eso tiene que ver con ciertas relaciones o
sociedades donde hay un interés personal o compartido que hay que defender. La
imagen o reputación tiene su importancia en el contexto donde haga falta. Como
es el caso comercial.
Pero en el mundo interno. En lo que acontece en el estado psicológico de
la persona, este tipo de reacción defensiva u ofensiva, indica el estado de
debilidad que padece el pensante.
No importa que haga la persona como solución para evitar no ser afectado
por lo que digan o piensen los demás. Es una clara señal de que se encuentra en
mala condición psicológica.
Nadie debe perder el tiempo aconsejando a otro para que no se deje
afectar de manera negativa por lo que otro piense o diga de él.
El solo hecho de creer que otro tiene el poder de crear la emocionalidad
o sentimientos dentro de otro, ya es una aberración.
Tanto el que aconseja como el aconsejado, necesitan entender y
comprobar, que son ellos mismos que producen sus propios efectos psicológicos.
Hacer consciencia de cómo se produce todo fenómeno psicológico que
experimentamos, va a devolverlos al verdadero carril de la vida, ya que son
unos descarrilados viviendo una infeliz vida sin necesidad.
¿Pero es que no puedo evitar
enfadarme o ponerme furioso?
Aquellos que pueden reconocer este comportamiento, y no están haciendo
algo para volverse pensantes con mayor autonomía en su mundo interior, pienso
que lo que deben hacer, es disfrutar su martirio para no perderlo todo.
Nadie está a salvo de ser agredido u ofendido física o verbalmente. La
sociedad hace lo posible para que eso no ocurra y si ocurre, existe la llamada
justicia social.
Pero de ahí, a vivir con trauma psicológico el
resto de la vida, por algunos de estos hechos, sigue siendo una
irresponsabilidad con uno mismo.
No hay excusa. Cualquier excusa es una forma de evadir la
responsabilidad con uno mismo.
Y aun peor, cualquier excusa, es una acción incorrecta que no va a
solucionar les efectos negativos con los que se está viviendo.
Para estar a salvo de tanta gente que hace daño a otros, con intención o
sin intención, o producto de la imaginación propia, la solución es el control
del acto de producir pensamientos.
El acto de pensar lo están usando en este momento mientras leen. No
pueden vivir conscientes si no pueden pensar.
Cuando duermen están vivos, pero no están conscientes. En el momento que
despiertan observen como entran de inmediato en actividad pensativa.
El sonámbulo ni se entera de lo que hace, sigue dormido. ¿Qué tan
dormido se puede estar viviendo la vida?
Pensar
nos hace consciente. Piensa antes de reaccionar, pero si no puedes hacerlo
antes, por lo menos hazlo después y no te detengas hasta que encuentres la
forma de corregir el error.
Ha sido un placer. Buen provecho con tus sonrisas internas al ver a los
tontos tratando de afectarte. Nos vemos pensantes.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
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