LA IMPORTANCIA DE FLUIR

 


NO LIMITES TU CRECIMIENTO, TU EXPANSIÓN Y TU CONSCIENCIA. ESTE ES UN UNIVERSO EN MOVIMIENTO

 Hola amiga(o) pensante. Desde la aparición del universo, este no ha dejado de fluir. Y sorpresa para los científicos, aumenta la velocidad de expansión.

  La vida animal y vegetal no ha parado de fluir. Y vienes tú a querer vivir estancado, o a permitir que tu mente te estanque. El infinito es el límite.  

  La existencia total, mire por donde se mire, está fluyendo. Es de suponer que es la acción correcta, la naturaleza nunca se equivoca. Toda vida que deja de fluir como debería hacerlo; empieza a sufrir hasta que muere.

  El enemigo número uno de la vida es el estancamiento. La magia de la evolución es que fluye en todas direcciones y siempre encuentra caminos para seguir fluyendo a pesar de las barreras. La renovación y la adaptación no pueden ser posible si la vida se estanca.   

 En los seres humanos, los privilegiados con la capacidad para pensar, no se conforman con las limitaciones o las barreras físicas; el privilegio de pensar se les ha vuelto en su contra.

  Están usando la actividad pensativa para someterse a suplicio con estados emocionales y condiciones de salud mental y física de las peores que se pueden crear.

 Permanecen estancados en la memoria creada de los hechos del pasado y reviven una y otra vez los mismos sufrimientos, hasta que mueren deprimidos y decepcionados de la vida.

  Y los muy tontos bajo su estado depresivo dicen: “la vida que me tocó vivir”. Como si hubieran hecho un sorteo antes de nacer, y como ese modo de vida fue el que le tocó, “pobrecito, que mala suerte”.

 ¿Pero cómo hace el pensante para estancarse?

  Sabemos cómo estancar el agua, hay que crear barreras de contención para que no fluya. Pero los ingenieros con buen nivel de cordura, por precaución, hacen compuertas para cuando se necesite, dejarla fluir.

  Los pensantes cometen el error de producir pensamientos, ideas o creencias y se encierran en ellas de tal manera que no pueden fluir, aunque lo estén necesitando. “Se están muriendo y no aceptan una transfusión de sangre, porque su creencia no se lo permite”.

 Presten atención al hecho. Las personas confiesan abiertamente que sus creencias, esas que ellos mismo pensaron, les impiden que fluyan fuera de los limites establecidos. Es el creador de la idea y se funde con ella de tal manera, que él y la idea son la misma cosa.

 Por ejemplo: prueben examinar algunas de esas creencias que están convencidos que no harían nunca lo contrario de lo que ella les indica.

 O examinen una conducta que quieren cambiar y no pueden. Esta imposibilidad, esta impotencia, es producto de haberse quedado estancado, encerrados en pensamientos de los cuales a veces ni siquiera pueden hacer consciencia de cuales son y en qué momento o circunstancias los pensaron.  

  Los pensamientos, las ideas o las creencias tienen su utilidad, con ellos hemos construidos nuestro mundo interno y externo, pero el progreso no se puede detener y hay pensamientos obsoletos, pensamientos que deben estar fuera de uso porque no responden a la realidad del presente.

 El universo fluye, la vida fluye, el cambio es continuo y nunca se repetirá un hecho exactamente de la misma manera o los objetos o estructuras permanecerán inalterable.

 Los pensantes están tan “mal de la cabeza”, que hay algunos que se frenan porque desean fluir hacia el pasado. Su vida pasada fue mejor, y para allá quiere ir.     

  Bueno, aquí en este blog hemos explicado de muchas maneras como hacen los pensantes con sus pensamientos para encerrarse en sus jaulas, ponerle un fuerte candado y luego lanzan la llave por el retrete porque están convencidos que encontraron la verdad o es la solución perfecta.

  Otra manera de ver el proceso para estancarse o dejar de fluir, es observando todo aquello con lo que las personas se identifican de tal manera, que luego no se pueden separar.

  Por el solo hecho de estar identificado con una nacionalidad, con un color de piel, con un tipo de género, o con cualquier contenido de una creencia, ya no toleran a quienes no comparten o son como ellos quieren.

  Dime con que NO te identificas, y si sientes que no hay fuerza que te haga cambiar de idea. Si es así, podemos observar como tus sentimientos, emociones, o acciones hacia eso, son de rechazo, de desprecio, o de desagrado.

  Los pensantes menos dañinos con aquellos que no se identifican con lo que ellos se identifican, son aquellos que se hacen los indiferentes. Se pueden estar ahogando o se les está quemando la casa, y tienen la impresión tranquilizadora de que se merecen lo que les está pasando. (¿Estará esto ocurriendo en el mundo ahora?)

  Muchos lo llegan a expresar: “Esas personas, seres o cosas, si no existieran, fuera mejor para el mundo. En otras palabras, la persona se condiciona de tal manera que no puede producir ninguna empatía. Está encerrado, estancado, separado, distanciado, no le permite espacio a nada ni a nada que esté fuera de su estanque.

  “El amar al prójimo como a ti mismo”, va a depender si ese “ti mismo”, no está atrapado en sus creencias o identificado al extremo de fundirse con las ideas.

  Para amar hay que fluir. Pero mucha gente quiere meter a los demás en su piscina de creencias para poder ser amorosos con ellos.  

 La identificación de un pensante sin control de su actividad pensativa, tiende a convertirlo en un ser obsesivo, compulsivo e irracional. Esa persona excluye de su mundo todo aquello con lo que no se identifica y muchas veces bogan o participan de manera activa para eliminarlos si no niegan sus creencias y se acogen a las que se les quiere imponer.

  Encontramos personas que se dicen ser inclusivas, que practican la aceptación y permiten que cada quien sea como es, y el hecho real es que solo en ese pequeño círculo donde se han encerrado con sus creencias e identificaciones, es donde lo pueden hacer.

  Con cada estancamiento, el mundo del pensante se reduce. Su mezquindad y egocentrismo crece a tal punto que sigue descartando cosas. Se obsesiona por encontrar errores, fallas, anormalidades, en todo aquel o aquello que le rodea, nada es como él quiere que sean.

 De acuerdo a su identificaciones y creencias, esa persona es el modelo de vida perfecto que hay que imitar. Para ser buena gente, hay que pensar como él.  

  Sucede que muchos pensantes, dentro de ellos están enojados porque no pueden detener el tiempo. No les gusta que tengan que envejecer hasta morir, eso tiene que ser un error del creador. Viven tratando de frenar la vida. Por supuesto que van a fracasar.

  La naturaleza del universo es fluir, y la vida no puede hacer lo contrario.

  Si a la vida del cuerpo se refiere, lo que haya que hacer por su salud o mejorar su fortaleza, es hacia adelante como se puede hacer. La renovación de sus células debe continuar y es en las nuevas células que están por venir donde se verán los cambios.  

  Y los pensantes que aspiran vivir en armonía con el universo y el resto de las vidas que en el existen, les haría mucho bien asegurarse que no están estancados o impedidos por sus pensamientos.

  La humanidad lucha contra la xenofobia, la discriminación, con la exclusión en todos los sentidos. A todos nos ha tocado ver las injusticias cometidas contra personas, animales o la naturaleza en general.

  Ahora se puede entender con más claridad que está pasando en la mente de esas personas. Pero mucho más importante, es asegurarse que no seamos un diablo más que se cree ser un ángel de la guarda.

  Suéltate de todos tus amarres y déjate fluir, te estás perdiendo de disfrutar infinidad de cosas maravillosas de la obra del creador, y del ingenio de cada uno de sus hijos, por estar estacionado en el mismo sitio. Insistiendo en ser el mismo que fuiste en el pasado, y pretendiendo que todo vuelva a ser como antes y como tú quieres que sea.

    Tengo una amiga: I. Harolina Payano, cuyo blog se titula; “Acércate, comparte y fluye”. Tiene años invitando a fluir.

  Opino que muchas personas solo se acercan y comparten con aquellos con los que se sienten identificados. Desean todo lo mejor para esas personas y el resto que se…  “vayan a freír monos”.

 Si quieres fluir sin siquiera estar pensando en ello, para vivir en armonía con el universo, asegúrate que el limite sea el infinito.

  Ha sido un placer incluirlos en mi mundo. Buen provecho manteniendo tu fluidez. Nos vemos pensantes.

  Autor: Emilio R. Fernández Ramos

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