AGOTADO, CANSADO, SIN ENERGÍA, ¿CON GANAS DE RENDIRSE?


 


LAS IMPOSICIONES QUE EL MISMO PENSANTE SE APLICA CAUSAN EL ESTRÉS

Hola amiga(o) pensante. Los pensantes se someten internamente ellos mismos a fuerzas excesivas, que terminan en mal estado psicológico y físicamente agotados, cansados y sin energía. Y no saben que hacer para dejar de presionarse.

Reconocen que ellos mismos se están presionando mediante su acto de pensar. Y pueden notar que es un acto compulsivo, no pueden dominarlo.

La imaginación se les dispara y no pueden detenerla. La mente toma el control y al no tener quien la direccione, da vueltas por las memorias sin saber a donde ir o llegar.

Por esa razón es que repite y repite recuerdos, esperando que el pensante les dé acuse de recibo. Pero el muy bobo está con la boca abierta de espectador en un estado de nerviosismo, alteración o ansiedad que le impide tomar el control.

El avión que va en piloto automático, no puede obligar al piloto a que tome el control.

Una persona que está recordando lo que no quiere recordar, que está imaginando lo que no quiere imaginar, o hábitos indetenibles, pero tiene que atender su desenvolvimiento familiar, el trabajo y toda la interacción con otros pensantes, no le queda otra que “esforzarse”.

Actos cotidianos que ha realizado sin ningún inconveniente, ahora tiene que “esforzarse”. Y esa energía extra para sobreponerse, la produce pensando.

Examinen estas expresiones que se hacen ustedes mismos. “Tengo que hacerlo”; “debo hacerlo” o cualquier variante. Se darán cuenta que es una exigencia de más energía para actuar.

Hay quienes no se pueden mover, si no recurren a obligarse argumentando razones o motivos por lo cual tienen que hacer lo que tienen que hacer.

Y cuando ya no pueden producir esa energía extra para actuar, necesitan una buena excusa, o autoengaño, para justificar el porqué no pueden hacer lo que deben hacer.

Las enfermedades o accidentes son recursos infalibles para justificar incapacidades.

Pero supongamos que el pensante no llega a ese extremo y se las arregla para vivir en un continuo sobre esfuerzo. Aguantando su estrés, llevando una vida “DURA”, rogando que llegue el fin de semana, el día de fiesta nacional o las vacaciones para descansar.

Apenas es miércoles y está jalando mentalmente ese viernes, y el sábado y domingo libre pasa como una flecha y ve venir el maldito lunes y se pone de mal humor rogando que pase algo para no ir a trabajar.

Si eso es vivir la vida, creo que vale la pena detenerse a examinar el asunto.

Las personas auto presionadas son las que más compulsivamente usan la imaginación. No paran de imaginar modos de solvencias económicas para darse la gran vida y poder disfrutarla.

Es tanta la necesidad de no sentir esa presión que su ultima esperanza para descansar, y en paz, es consiguiendo un cupo en el cielo, pero eso se cumplirá después que se muera.

Pero ni por el carajo quieren morirse ya, y dejar de estar rodeado de tantos diablitos que no tienen sus mismas creencias.

No sé qué esperan para morirse, si están convencidos que tienen su cupo asegurado en el cielo donde serán atendidos como unos reyes que se les cumplen todos sus deseos sin hacer ningún “esfuerzo”.

Que vaina, me he metido con los cielos que han imaginado. Pido disculpas por irrespetar sus creencias.

Yo seguiré con los pies en la tierra aportando mi granito de arena para que encontremos una mejor manera de vivir esta vida terrenal sin tanto esfuerzo, sin tanta desdicha, sin tanto estrés.

Ha sido un placer. Buen provecho con tu vida terrenal.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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