LA HUMANIDAD ESTÁ BAJO CONTROL

 


SIENDO HONESTO CON UNO MISMO; SE PUEDE ENCONTRAR LA VERDAD

  El único que desea que tú seas poderoso, el más valiente o el más inteligente; eres tú mismo. Los demás te pueden desear buena salud, y que el todo poderoso te bendiga premiándote con todo lo que desees, pero eso no es más que un cumplido. Un protocolo social de simpatía y afinidad.

  Ninguna sociedad, ni sus integrantes, que han entrado en crisis como la nuestra, ha resuelto sus problemas con los deseos de los demás. Un deseo sin ninguna acción apegada a ese deseo, es pantomima. Un panfleto decorativo que a la hora de la verdad o en lo que tiene que ver con la realidad, no conduce a ningún lado.

  Se puede motivar y levantar el ánimo en otra persona con comunicación, pero esta comunicación es una acción apegada al deseo de la persona que quiere ayudar, o colabora para mantener un ambiente de cordialidad que favorezca el clima social.

  De todas formas, cualquier tipo de ayuda, aporte o colaboración psicológica que se reciba, su provecho depende de la persona receptora. Es decir, no hay manera de sufrir una transformación en la personalidad sin que intervenga el mismo pensante.

  Debido a que el cuerpo físico se puede poner en manos de otro u otras personas para que lo examinen y reparen, existe la tendencia a creer que el aspecto psicológico también se puede poner en manos de otro mientras se permanece anestesiado, dormido o indiferente a lo que hace el médico o experto.

  Y, de hecho, los pacientes quieren o exigen que se les duerma o se les resuelvan sus problemas psicológicos con algo o un método que no tenga él que intervenir. Si se le exige que tiene que participar, ve ese tratamiento como un sacrificio.

  Un enorme sacrificio, tan grande que necesita que se compadezcan de él. Pobrecito el pensante, su problema de sobrepeso se ha determinado que es por causas psicológicas, y hasta ahora ha probado con todo y han fracasado los tratamientos. “Han fracasado los tratamientos, él no”. Hay que recurrir a cirugía para reducirle el estómago. En este tipo de tratamiento no tiene que hacer sacrificio, que lo hagan los médicos.

  Pero la población tiene buenos motivos para sentir y creer que sus problemas psicológicos los creo la naturaleza, o los responsables son los genes, y él no puede hacer nada contra lo que ha costado millones de años de evolución genética. Los expertos y líderes de cualquier corriente ideológica, religiosa o científica, lo viven repitiendo; “algún día cuando se conozca en profundidad el cerebro, se sabrá la verdad y con esas verdades se resolverán todos los problemas de la conducta humana”.

  Y como los que estamos sobreviviendo en esta era, en este momento, sabemos que se va a acabar el tiempo de vida del cuerpo o ya va a estar muy anciano para cuando eso suceda; no queda más que resignarse a ser, como la madre naturaleza nos creó.

  El juego fue trancado de una manera muy sutil, tan suave es la inyección de pesimismo, negatividad e impotencia, que muy pocos se dan cuenta de lo que está pasando.

  Pero yo pienso, y tú no tienes que estar de acuerdo, que este estado de impotencia psicológica, ha sido inducido de manera premeditada. Y existen razones y motivos para afirmar esto, inclusive hay evidencias de lo excepcional que puede ser un pensante a pesar de tener los mismos códigos genéticos fundamentales como todo humano, que determinan la estructura y función de su organismo.  

  Los pequeños cambios relevantes que se pueden observar en la estructura del cuerpo, son modificaciones exigida pos la función que el pensante se ha empeñado en ejecutar y el cuerpo se obliga a adaptarse para hacer lo que se le exige. (Ejemplo; el llamado hombre de hielo, wim Hof) Este señor ha acumulado bastantes pruebas respaldadas por la ciencia, revisen. Aunque discrepo de su enfoque teórico, ha hecho lo que algunos otros han podido hacer con sus cuerpos para sorpresa de muchos. 

  Pero no solo se trata de hacer proezas físicas para sorprender al mundo con la capacidad de control psicológico que tenga una persona. En esto es lo que piensan las personas que se interesan en el tema; quieren deslumbrar al mundo y hacerse famosos. Pero estos maestros del “poder mental” seguirán estando a salvo, ya que no ponen en peligro la subyugación a la que están sometidos los pensantes en este planeta. No son un peligro para el sistema.

  La gran amenaza para el sistema imperante es que cada individuo se ocupe de recuperar el control en su actividad pensativa. Este valioso dato seguirá siendo ocultado con la importancia del control de los pensamientos, de la mente y con la paciente espera que la ciencia termine de comprender como piensa el cerebro y como crea la consciencia que consideramos ser.

  La autosuficiencia psíquica no es una condición que en su esencia el pensante nunca ha tenido. Esa es una condición intrínseca a su naturaleza, y entre comillas: “la ha perdido”. La ha perdido, como decir que, porque es de noche el sol ya no existe para la tierra.

  El mismo pensante ha creado la noche, se ha llenado de oscuridad, no puede observar y deduce que ese poder; la autosuficiencia psíquica, es algo novedoso que debe lograr.   

   Aquellos que esperan que la “sociedad o sistema” le aporten soluciones para volverse poderosos psíquicos y alcancen una autosuficiencia psíquica resistente a cualquier inducción para que se abandone la iniciativa en lo que se debe pensar, analizar o discernir para llegar a una conclusión y determinar las acciones y el modo de ejecutarlas; les advierto, no sigan esperando, por favor.

  La confianza en otro u otros, sin la confianza en nosotros mismos, es una pérdida de tiempo. He oído una expresión que dice: “la verdad yace en ti”. Pueda que te guste el significado de esta expresión, si te gusta, no te olvides que no se trata de un conocimiento o dato. Esa verdad es la experiencia de un estado o condición de ser.          

   ¿Cuánto tiempo le lleva a una persona salir de ese desánimo, enojo, angustia, ansiedad, preocupación o “pensadera de pendejadas”?

  Estos son indicadores de los momentos cuando se pierde el control del acto de pensar. “Pensar pendejadas”, darse cuenta que el tema que se está pensando no conduce a nada, pero que sin embargo no se puede dejar de pensar la misma tontería, (Importante para el pensador) es una forma de ejercitarse para ser un loco al volante de la actividad pensativa.

  Las rutinas de entrenamiento comunes del acto de pensar de las personas descuidadas, son para abandonar el dominio o perder el control.

  Y por favor, si todavía sigues insistiendo en parar de pensar o en no pensar para salir del tormento que te estás provocando, por lo menos reconoce que no te funciona. A nadie le funciona “no pensar”.

  Nadie aprende o corrige su manera de conducir su vehículo, sin volverse a poner al volante para hacerlo. Nadie resuelve los conflictos con otros pensantes, no hablándose más nunca en la vida. Nadie recupera el control del acto de pensar, no pensando.

  Es suficiente con cambiar o corregir la manera de hacerlo. Olvídate de combatir pensamientos, que culpa tienen las botellas que salen de la maquina si el molde está dañado. Que culpa tienen los pensamientos si eres tú quien los produce.

  Ahí te dejo esa perla, no te dejes robar la iniciativa. Ha sido un placer. Buen provecho con tu libertad. Nos vemos pensante.

  Autor: Emilio R. Fernández Ramos

      

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