LA INOCENCIA DE UN RECIEN NACIDO

 


LA INOCENCIA DE UN RECIEN NACIDO

PROSAS INOCENTES

Nada comparable como la sonrisa, la risa y la carcajada de un recién nacido. Es la más diáfana y espontanea expresión que nace de una inocencia espiritual que no ha sido mancillada por el pensamiento. El bebé no sabe porque se sonríe, no necesita entendimiento para responder con sonrisas a aquello que es de su agrado. Y si ríe soltando la carcajada, remueve las fibras del alma a aquellos que recuerdan con esa alegría, que una vez también fueron niños, pero que es una inocente experiencia que nunca volverán a repetir. El niño responde a las necesidades de la vida que le fue concedida, llora cuando hay que llorar, ríe cuando hay que reír, y duerme cuando hay que dormir. Esta vida concedida por el creador se va difuminando por los pensamientos para ser reemplazada por completo por la vida de fabricación casera. Se comete una transgresión con la divinidad y se deja de ser inocente. Pagando el precio de la inocencia nos convertirnos en la vida psicológica que elegimos y que somos hoy. Pero en esta vida de creación propia, se vive bajo los tormentos que causan los demonios en que convertimos nuestros pensamientos. Volver a ver la sonrisa, y a oír la risa de un bebé, es un bálsamo para un alma estropeada por sus propias torpezas.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  /

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