“ENTRE LA ESPADA Y LA PARED”

   


¿QUÉ ES LO CONVENIENTE; PENSAR O NO PENSAR?

Hola amiga(o) pensante. Si piensas te metes en problemas, y si no piensas, es aún peor. Eso es estar entre la espada y la pared.

La invitación generalizada es “a pensar”. Pero hay un montón de pensantes que están haciendo todo lo posible para no pensar.

Ya están hasta la coronilla de tanto pensar, y se encuentran como el que está atrapado en arenas movedizas; mientras más piensan, más se hunden. Y saben que si no piensan, no van a poder sobrevivir.

Hallarse en esta condición debe ser terrorífico. Es como si al caminar te golpeas y te causas dolor, y si no caminas te tulles y el dolor es insoportable.

Lo que está sucediendo con su actividad pensativa está fuera de su control, y no sabe, ni puede hacer algo para salir de esa terrible condición. Su mente hace lo que le da la gana, no le hace caso, y al mismo pensante se le desenfrena la imaginación, y lo que imagina son películas de horror, no actas para un enfermo.

Cualquier actividad; tanto las que se pueden ejecutar usando el cuerpo, como la actividad mental, deben ser efectuadas a consciencia y ejerciendo dominio del proceso.

Por ejemplo con el cuerpo; si una persona no puede parar de caminar, o teniendo sus piernas sanas no puede caminar, hay serios problemas psicológicos con ese pensante.

Y si está produciendo pensamientos turbulentos de manera desenfrenada, o se encuentra que quiere pensar, pero está tan nervioso o descontrolado que no puede hacerlo, Hay que llamar a un especialista.

Tú puedes saber en este momento como te encuentras con la ejecución del acto de pensar. ¿Estás pensando lo que quieres pensar, durante el tiempo que desees hacerlo?

¿Qué tal te va con la imaginación, la estás usando con un propósito beneficioso? ¿Y tus estados de ánimo y  emocionales, aparecen y se van cuando le les da la gana?

¿Ya te has hecho exámenes físicos de todo tipo y los doctores no encuentran nada anormal, pero te ven de manera extraña? Lo que te quieren decir es que los tornillos sueltos que tienes en la mente están causando somáticos, o sea, dolores, malestares y alteraciones funcionales en tu cuerpo.

Una persona adulta puede saber cuáles son sus condiciones como pensador. No vengas con el cuento que necesitas que te lo diga un psicólogo o un psiquiatra. “Es que no tengo dinero para que me evalúe un experto.” “Pamplinas”.

Mejor di que no te interesa tu bienestar ni tu salud. Claro, hay quienes ya andan en sillas de ruedas dentro de su mente (fármacos), y han perdido toda voluntad. “Pobre de ellos”.

Pero en general, cualquiera puede saber cómo se encuentra como pensador.

Con esta evaluación puedes calcular cuantas probabilidades tienes de llevar una vida placentera y saludable.

Alto nivel de control en la actividad pensativa, más probabilidades. Bajo nivel de control, si no haces algo al respecto, llevaras una vida miserable. Y no importa cuanta fama o riquezas poseas.

Autor. Emilio R. Fernández Ramos  

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