LO BUENO Y LO MALO DE LA VIDA


VINISTE A ESTE MUNDO POR EXPERIENCIAS

Hola amiga(o) pensante. Los pensantes apenas abren los ojos a este mundo, empiezan una loca carrera con propósitos, sueños metas, objetivos, y pare usted de contar.

Lo que parecen insignificantes decisiones, todas son para cubrir necesidades fisiológicas y psicológicas. Todo lo que se hace es para algo.

Actuar sin sentido, como piensan muchos, son actuaciones donde el pensante se embelesa imaginando tonterías y no le presta atención a lo que está haciendo.

Es decir, deja de experimentar a consciencia la realidad objetiva para experimentar su realidad subjetiva. Así viven muchos adultos, pasan más tiempo experimentando sus tonterías que experimentando su desenvolvimiento en la vida real.

Con un poco de reflexión se puede comprobar que somos unos apasionados y hasta compulsivos seres que no podemos vivir sin experimentar cualquier cosa de esta vida y de este mundo terrenal.

Pero nos hemos vueltos selectivos y tenemos bien claro lo que nos gusta o deseamos experimentar. Pero este complejo mundo que habitamos no nos pone las cosas fáciles.

Para lograr sueños, metas u objetivos deseados, tenemos que atravesar una maraña de experiencias que nada tienen que ver con lo que deseamos.

Estas son las llamadas “Malas Experiencias”. Y con esta calificación de malas e indeseables son archivadas en la mente.

Imaginen mis amigos pensantes, por cada conquista o logro de algo deseado, ocurrieron cien malos ratos o momentos indeseados. Ahí es donde esa conquista o experiencia es valorada, pero, aquí viene la pregunta; ¿Cómo manejó el pensante las palizas que recibió?

Y si por cada logro a su favor en la vida que lleva vivida, le queda un remanente de cosas indeseadas; ¿Cuánta desdicha, dolores y traumas acumularon en su mente?

Esta acumulación de experiencias indeseadas, poco a poco van aplastando al pensante y va perdiendo sus condiciones naturales.

Es una caída y pérdida de consciencia tan gradual, que la gran mayoría no se dan cuenta de la disminución de sus facultades.

Es poco improbable lograr sueños y metas sin despeinarse. Nadie desea el fracaso, ni que le ocurran problemas que no pueda resolver, o tragedias, pero debe estar dispuesto y capacitado para confrontarlos cuando ocurran.

Eso es todo lo que necesita un pensante para experimentar la vida como le va viniendo. El grave problema es su obsesión para que no le pase “nada malo”.

Y ese “nada malo”, es cualquier cosa que le pueda afectar de manera directa o indirecta. Es decir, en el mundo tienen que ocurrir solo lo que le gusta.

De no ser así, no se permite ser feliz. La alegría es imposible de experimentar en un mundo donde no ocurre solo “lo bueno”.

Es hora de abrir los ojos y despertar. Es la única manera de darse cuenta en que mundo se están desenvolviendo. Y si estás aquí para experimentar la vida, tómala completa.

Nos vemos pensante. Buen provecho digiriendo y procesando los avatares de la vida.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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