HAY CIEGOS QUE CREEN VER


EL AUTOENGAÑO PERFECTO

Hola amiga(o) pensante. Andar en la vida con los ojos cerrados creyendo que se tienen abiertos es la causa de tantos encontronazos, golpes y tropiezos.

Los ojos de la razón y el buen juicio están cerrados y fueron sustituidos por una imaginación desbocada, y una mente que da respuestas por reacción, o haciendo cómputos con el pasado

 Con el reciclaje de lo que ya se ha pensado, usado. Y la mente recombinando partes y detalles de las distintas cosas de la memoria, le hace parecer al pensante que es una respuesta novedosa, acorde con la realidad objetiva del momento.

Tal cual como lo hacen las inteligencias artificiales funciona la mente; necesitan acumular memoria y luego recombinan de infinitas maneras toda la información que absorbió, y pareciera que dice algo original.

Lo patético de la IA es que sus frías respuestas por muy espectaculares que parezcan necesitan ser vistas por los pensantes para que tengan algún valor, sin embargo, el mérito de inteligente se lo lleva ella.

Y en lo personal la mente es la que se lleva el mérito si las cosas salen bien, y la pérdida de su reputación sin salen mal.

El pensante ciego, aprueba todo lo que la mente le dé como respuesta. No le cambia ni una coma.

Lo aprueba y lo asume como si fuera producto de su propia observación y por lo tanto es un criterio que le pertenece.

¿Qué tan ciego está un pensante?

Ustedes pueden comprobarlo con facilidad en otros. Bastantes discusiones y disgustos sufren a diario tratando de hacer ver a otro lo que ustedes ven. La vaina es que pueden ser dos ciegos empeñados en que el otro vea lo que ven en sus mentes o les muestra la mente a cada uno.

Entre dos políticos de distintas corrientes discutiendo; entre dos de distintas religiones, entre padre e hijo, entre marido y mujer… ¿Quién de verdad puede ver?

Observar que tan ciegos están ustedes mismos, va a depender de cuan esparramados e identificados se encuentren con las memorias que su mente guarda de ustedes.

Pero no lo duden, algo de ceguedad se padece. Acostumbrados a la luz y la claridad artificial de la mente, les va a parecer que tienen los ojos completamente abiertos.

Los ojos de los pensantes es la atención.

Si la atención se mantiene fija en lo que le interpreta la mente después de haber ocurrido un hecho, o de percibir y experimentar algo a través de los órganos de los sentidos del cuerpo, el pensante está como el que presenta un examen en el salón de clase y está viendo la “chuleta”. (Copiándose a escondidas), para dar la respuesta como si fuera él.

Los pensantes ciegos tienen un terror desenfrenado a perder la memoria. No recordar lo que saben cuándo lo desean, los pone a temblar. Y no se dan cuenta que es tan natural como cuando buscas el corta uñas entre tus otras pertenencias y no lo encuentras en esos momentos.

El ilusionista perfecto, es el pensante haciéndose trucos a sí mismo, tiene los ojos cerrados, pero Jura que lo que ve con su mente es una verdad indiscutible. Y dicen que; ”mono no se ve su rabo”.

Pero por lo menos el mono que no se ve su rabo, de vez en cuando le pica el culo y tiene que rascarse.

Autor. Emilio R. Fernández Ramos  

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