LA MENTE MANIPULA AL PENSANTE CON SUS MISMOS PENSAMIENTOS

 


 CUANDO TE AUSENTAS TE PONES EN PELIGRO Y LE ENTREGAS EL PODER A TU MENTE

Hola amiga(o) pensante. Un hábito que puede ser fatal, es ausentarse estando en sitios inseguros, o haciendo algo que puede ser peligroso.

Ya hemos aclarado el dato falso de asegurar que una persona puede dejar de estar en “tiempo presente”. Y explicado el fenómeno que causa esa ausencia. (Artículo de actividad pensativa anterior).

La ausencia es dejar de prestar atención a lo que sucede en el mundo exterior para enfocar la atención en los recuerdos o en lo que se está imaginando.

Aunque no se puede encontrar un sitio o localización que sea 100% seguro, para distraerse con los recuerdos o imaginando sandeces, si hay sitios más peligrosos que otros. Sobre todo si se realiza una actividad o trabajo que requiere la máxima atención.

Podemos ver cantidades de personas caminando por las calles que van ensimismados, hasta con el volumen de voz alto, de su conversación con lo que están imaginando.

Van conduciendo sus vehículos con el piloto automático mental activo, mientras ellos tienen su atención en lo que imaginan y de vez en cuando salen a echar una mirada a lo que sucede a su alrededor.

Ahora, la vaina es que les gusta tanto lo que están imaginando, que si tienen que parar la película, se apresuran en atender lo que motivó que se saliera de su auto-cinema, y tan pronto se desocupan vuelven a instalarse frente a la pantalla mental, para seguir viendo su interesante creación.

Más de las tres cuartas partes del horario del día, los pensantes se la pasan dentro de su cabeza; echando ligeros vistazos a su entorno para ver como anda la cosa.

Un pensante con este grado de ausencia, tiene como consecuencia, no solo el peligro que corre, sino que no está consciente de su vida real como debiera de estarlo, y su inteligencia o capacidad de resolver problemas es mediocre.

Para tener una plena presencia y poder disponer de toda la inteligencia y capacidad que se tenga, se necesita tener control de la atención.

Y de paso, la intención como capacidad o voluntad para generar la energía que se requiera para mantenerse en pos de los objetivos o la realización de lo que la persona se proponga, NO se manifiesta en un pensante que vive la mayor parte del tiempo encerrado en su cabeza imaginando o revolcándose en los recuerdos.

Los efectos psicosomáticos o alteraciones causadas en el cuerpo van a la par con los pensantes que se han vuelto viciosos, indolentes, o están obsesionados con lo que imaginan.

La mente los complace, pero mientras lo hace se empodera y hace algo parecido a los algoritmos de las grandes plataformas de YouTube, Amazon, Tik-tok, Twitter, etc. Es decir, conocen todas las inclinaciones de la persona, o lo que pudiera gustarle, y eso es lo que le meten entre ceja y ceja.  

La mente termina manipulando al pensante con sus mismos pensamientos. Sus conductas, actitudes o modo de ser se van volviendo crónicas, y ocurre un desfase entre la realidad subjetiva que percibe y la realidad objetiva aquí en el mundo real.

Es decir, el loco se vuelve más loco. El compulsivo u obsesivo más de lo que es; y el extremismo o manera obcecada de pensar, prevalecen, y por eso tenemos una sociedad al borde de la extinción.

Ha sido un placer. Buen provecho con tu presencia.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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