JARDINERO DEL AMOR
JARDINERO DEL AMOR
(Poema)
¿Quieres que te responda qué
hago vestido de jardinero, con esta pequeña pala para remover la tierra y esta
serie de sobres con minerales y nutrientes?
Salvar nuestra relación del aburrimiento en
que lo hemos dejado caer.
Como puedes observar; se acabaron los
agradables sustos al ser sorprendido por una suave caricia o un contacto provocativo.
Se acabaron los olvidos
de las tareas habituales por estar apurruñados, jugando con los puntos
sensibles del cuerpo para disfrutar la reacción de la piel y las agitaciones
espasmódicas provocada por la libido.
Se acabaron los silencios
por estar abrazados, acostados de lado, yo envolviendo tu cuerpo con mi cuerpo,
mientras la imaginación volaba disfrutando la vida con todo lo que se le
ocurriera imaginar, ya que nos encontrábamos tan cargados de felicidad, que
todo lo contaminábamos de alegría.
Se acabaron los
monopolios del interés por ambos. Nada fuera de nosotros que no fuera algo
excepcional, podía quitarnos la atención y alejarnos con la facilidad que
cualquier cosa se vuelve más importante que nosotros de un tiempo para acá.
Se acabó ese apego que causó que nos llamaran
siameses, ya que tú me dabas hasta la comida en la boca mientras yo hacía lo
propio contigo.
No se ha acabado el amor,
pero parece que estamos pasando por un otoño que ha dejado las ramas del amor
sin hojas, y sin esperanza de florecer.
Un otoño muy prolongado, parecido
al de muchas de esas parejas que criticamos.
Da miedo pensar que
tengamos que vivir sin hojas y sin flores por el resto de nuestras vidas, y
hacer como ellos, tener contacto solo para cubrir la necesidad fisiológica del
sexo.
Así que te preparas que voy a cubrirte de los
pies a la cabeza con besos y caricias, y, hasta que no sueltes la risa y te
olvides del resto del mundo, no te dejaré en paz.
Desde hoy, me dedico a la jardinería del amor.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
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