SI NO TE IDENTIFICAS, ERES HOMBRE MUERTO

 


EL SISTEMA NO CREE QUE SEAS INOCENTE

 Nos hacía falta algo de entretenimiento. Estábamos tan aburridos con las consecuencias de la pandemia, que un poco más de presión nos puede dejar satisfecho.

  Por lo menos los lectores de “actividad pensativa y fuente de inspiración”, se entrenaron para soportar pánico, terror, horror, hambre, soledad, y a estar al limbo de la muerte con un enemigo invisible acechando por todas partes.

 La guerra mediática previa a los acontecimientos recientes, está dando sus frutos. Ya se ha logrado que se produzcan unos cuantos muertos.

  Pero, tengo dos peros. El primero es a nuestro favor. Todavía nadie puede salir del planeta a buscar refugio en otro sitio del sistema solar. Eso causa que los cabecillas, jefes y presidentes, tengan un poco de cuidado para no tropezarse con el arsenal de bombas nucleares que las potencias tienen de sobra.

  Pero, el segundo, nos quita esa esperanza, ya que se tiene que estar en condiciones de ser encerrado en un manicomio, para promover una guerra en un momento de la historia, donde la humanidad se siente que ha alcanzado un grado de inteligencia que le permite ser aceptado en la confederación galáctica donde solo pueden participar las sociedades más inteligentes de este universo y los paralelos si es que existen.

  No sé si es con humor negro o ironía la manera que me estoy expresando, pero que más se puede decir de la manera que se están conduciendo las sociedades del mundo.

  Es que acaso tú o yo, tu familia o la mía, o el resto de los ciudadanos que desean algo de paz para vivir la vida con la mente despejada, están siendo tomados en cuenta en las decisiones que los gobernantes están tomando.

  Hay quienes creen y se identifican con algunas de las causas y están prestos para matar o alentar la guerra. De alguna manera seducen a los pueblos para que den su opinión.

  ¿Sabían que opinar se usa como un chantaje? A la persona que les piden una opinión con respecto a dos o más bandos en conflicto, corre el riesgo de que lo etiqueten con uno de los dos bandos.

  Lo que diga u opine lo usan para identificarlo con uno de los dos bandos. Si respondes que no crees en Dios, entonces te crucifican porque crees en el diablo.

  Si críticas una acción de uno de los dos bandos, entonces, perteneces al otro.

  Si tratas de evadir el encierro, opinando que no estás de acuerdo con ninguno de los bandos en conflicto. Entonces eres tratado como alguien sospechoso. Doblemente peligroso, ya que no saben a qué bando perteneces.

  Estas rodeado de todo tipo de mierda, pero tienes que identificarte con una de ella.

  Estas rodeado de líderes con todos los tornillos sueltos, pero tienes que darle la razón a uno de ellos. Es una obligación estar identificado con alguien o algo.

  El sistema no admite que tu andes sin una creencia. Necesitan saber cuál es para poderte monitorear.

  Todos ellos saben que a la gente se les manipula con sus creencias, pero que estás haciendo tú para que tus creencias no te conviertan en un títere que solo sabe bailar reggaetón.

  Por todo el planeta la gente vive gran parte de su vida cumpliendo rituales, obligados por sus creencias. Si quieres encontrar a Pedrito, anda al casino los viernes cuando cobra el sueldo.

  Por las creencias de la población los grandes de la tecnología digital saben que deben hacer para monopolizar el poder económico, y todo aquello que los humanos de reducida consciencia consideran, poder.

  Di que te gusta, que no te gusta, o medio asoma las narices para curiosear, y de inmediato recibes una sugerencia. Una sugerencia que te la meten cien veces en el día, hasta que te rindas y digas: “acepto”.

 Este acoso es visible, pero existen tantos métodos subliminales, y otros sacados de la conducta biológica (animal) o psicológica.

  El asunto es que el planeta está a punto de incendiarse. Mucha gente sobrevivió a la pandemia. Otros muchos ya estaban respirando con sus propios pulmones, aliviados, sonrientes, y ahora esta vaina.

  Ustedes saben que no planteo problemas sin ofrecer una orientación de que se puede hacer para ayudar.

  Lo importante es lo que ocurre en tu propio mundo. Por designio del creador, en él tú tienes el poder absoluto. Protégete, cuídate, sálvate, de tu propio apocalipsis. Toma el control de tu acto de pensar.

  Del apocalipsis que está ocurriendo en cámara lenta fuera de nosotros, hoy, no somos una suma de consciencia mayoritaria, que podamos aportar claridad suficiente para que los que caminan en la oscuridad, se den cuenta que van por un camino equivocado.

   Súmate a esa luz. Ha sido un placer. Buen provecho con tu opinión. Nos vemos pensantes.

   Autor: Emilio R. Fernández Ramos

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