EL DOLOR DE UN ROSAL
EL DOLOR DE UN ROSAL
POEMA
Vi la hermosa flor entre otras tantas que el rosal que se encontraba en mi
camino exhibía. Pensé en un regalo para mi esposa y sin pensarlo dos veces y no
tener conque cortarla, la tomé por su pedúnculo para quebrarlo y sentí correr
por mi brazo la voz calmada y pausada del rosal que me decía: “esa flor ni
ninguna otra de las que he producido son para ti, ni para ningún ser humano. Ustedes
le están abrogando un derecho que le hemos concedidos a los insectos como
compensación por sus servicios, nada más por creerse que son los seres
privilegiados del creador. Esa flor que sostienes para arrancarla con
brusquedad, me duele la manera que lo pretendes hacer. Pero más me duele que
solo pensaras en tu interés y no me dedicaras un pensamiento para pedirme
permiso y tomar lo que me pertenece. Soy un rosal silvestre, se de otros que
son sembrados y cuidados con amor y eso cambia la relación con quienes los
cultivan. La vida de un ser, y la vida de todos los seres conforman una sola
vida universal donde nos sostenemos sin romper de manera desconsiderada la paz
y tranquilidad establecida por las funciones que tenemos que cumplir para
apoyarnos los unos a los otros. Toma la flor, puedo resistirlo.” Solté la flor,
miré la vegetación del entorno y me fui con el alma oprimida por lo insensato
que era al no apreciar la vida natural en toda su extensión con plena consciencia
que soy parte de ella.
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