SIGUE SIENDO TÚ; UNA POTRANCA SALVAJE
SIGUE SIENDO TÚ; UNA POTRANCA SALVAJE
POEMA
No tengo que explicar cómo un tonto a ti ni a nadie porque te amo. Si lo hiciera…
no te amo. Amaría uno que otro detalle de tu trato social que tranquilamente
puedes cambiar sin necesidad de consultarme. No puedo ser uno de esos que
tienen que dárselas de saber amar porque saben los motivos y razones para amar
a la mujer con quien conviven, y se le oye a vox populi vociferando:” la amo
porque es una mujer dulce, amorosa, comprensiva, sabe lavar, cocinar y planchar
y soporta a su suegra; que es mi mamá, y yo, quiero mucho a mi mamá.”
Eso es un amor idiota. Idiota porque se come la concha del cambur y bota la
fruta. O la deja que se fermente y se pudra mientras se deleita con la cascara
de ese prodigioso y maravilloso ser que es el que provoca los sentimientos. Un
ser como tú que haces lo que haces para mí porque te nace hacerlo, y no porque
tu mamá te adoctrino de cómo tratar a tu marido para que no te abandone. No te
educaron como una geisha para ser servicial, lo cual no significa que te vas a
convertir, porque no lo has hecho hasta ahora, en una necia irresponsable con
los compromisos que has contraído. Si algo movió las fibras de mi alma y de mi
corazón fue tu libertad, fue percibir a ese ser sin ataduras, suelta como una
potranca salvaje en las praderas. Supe que, si te amaba a ti y no a tu
sociabilidad, iba a encontrar una expresión de amor natural y espontaneo. Y no
iba yo a chapotearlo diciéndote a ti y a todo el mundo que te amaba porque eres
buena, eres como la gente dice que tienen que ser las mujeres con su marido. Me
hubieras rechazado como lo hiciste con otros pretendientes que te querían meter
por los ojos porque eran excelentes candidatos para proveerte todo lo que
quisieras en la vida. Lo que no sabían los muy tontos y quienes les estaban
haciendo marketing, era que tú no eras una potranca domesticada. Sigue siendo una
potranca salvaje mi amor, sigue siendo tú. Así es que te amo.
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