ASÍ SE DEBE VER Y SENTIR TÚ CUERPO A LOS 73 AÑOS

 




ASÍ SE DEBE VER Y SENTIR TÚ CUERPO A LOS 73 AÑOS

 “FOTOS”

Mi Cuerpo y yo cumpliendo hoy 73 años de esta feliz unión. Gracias a mi gestión psicológica pude recuperarlo. Hace ya casi 14 años sufrió un infarto que por poco se muere. Ya les echo el cuento, esperen un poco.

No soy de los que hablan paja para que otros hagan milagros en ellos mismos, y el maestro o experto sufriendo o muriéndose por causa de lo que vive pregonando y pidiendo que otros hagan o dejen de hacer.

Como sé que no pueden meterse dentro de mi cabeza o en mi interior para comprobar si tengo un reinado de felicidad en mi mundo, y no es paja lo que pregono, entonces les muestro fotos de mi cuerpo. Ya que lo he liberado de efectos psicosomáticos y no me entrometo de manera inconsciente en sus funciones por lo que su rendimiento es excelente a esta edad. Y mantengo un estado de ánimo a prueba de crisis, cataclismos y tempestades, como las que estoy pasando por la debacle que vive mi país por más de una década. 

Les cuento lo del infarto. Después de 7 días en un hospital y luego las pruebas de esfuerzo, ecos, electros, etc.  El doctor muy serio me dijo. “Si usted quiere seguir vivo, no puede dejar de tomar estas pastillas para la tensión, y tener cuidado con la actividad física. Su corazón perdió alrededor de un 25% de su fuerza de bombeo, son cicatrices en los músculos desgarrados, que le impiden elasticidad. Y como usted ve en esta radiografía, su corazón aumentó de tamaño por la hipertensión que venía padeciendo y eso ensanchamiento también lo debilita. (No sabía esa vaina que era hipertenso, ya que no sentía síntomas.) 

Pero me propuse echarle una mano al cuerpo. El pobre había quedado que no podía caminar un poco rápido porque sentía el dolor en el pecho como si se fuera a reventar. Tampoco quería vivir el resto de la vida tomando pastillas. Desarrollé un programa de ejercicios físicos, cambios en la dieta, revisión de posibles cambios emocionales que estuvieran afectando y una revisión diaria de la tensión para monitorear los efectos de todo lo que hacía. Antes de los 6 meses abandoné las pastillas, y antes del año ya podía trotar y correr por varias horas, y hasta pesas hago ahora de una manera que antes del infarto no podía. La tensión permanece “pepiada”. (Bella)

Hace año y medio fui con otro especialista y en una maquina más moderna, estuvo viendo en pantalla el corazón por todos lados, y no se cansaba de preguntarme; ¿Seguro que a ti te dio un infarto? (Lástima que todo ese poco de papeles y pruebas los había echado a la basura) “Lo digo porque la compresión normal de un corazón son 65 y el tuyo tiene 67 y eso no puede ser si a usted le dio un infarto como me contó.”

Lo último que acabo de hacer con mi cuerpo hasta yo estoy sorprendido. Más de 20 años usando lentes para la lectura, y en los últimos años a la distancia veía borroso. ¿Y qué creen? Con unas tres semanas de dedicación para remediar el problema; llevo dos meses que no uso lentes para leer y se han esclarecido los rostros de las personas a la distancia. Veo que jode; jajaja. Cuando ni el covid le hizo ni coquito a un viejo de 71-72 para ese momento.

¿A ver? Les pregunto: ¿No es este el mejor regalo de cumpleaños a un cuerpo que se ha portado leal conmigo? 

El problema de muchas personas es la falta de voluntad, disciplina y perseverancia en los cambios que tenga que hacer para su bienestar físico y mental. Si les mandan una dieta o ejercicios, a los pocos días abandona o los hace esporádicamente. Los vicios y hábitos que no le hacen bien a la salud, los dominan por una mala gestión psicológica, y caen presas de sus estados emocionales compulsivos.

No esperen que lleguen a una edad avanzada para recapacitar. Carro viejo que no se le hace buen mantenimiento a tiempo, la mayor parte del tiempo tiene que moverse remolcado o en sillas de ruedas.  “Piénsenlo bien y vayan atendiendo el control de su actividad pensativa, cuanto más envejecen más lo van a lo necesitar. Yo que se los digo con pruebas en las manos.” Jajajaj….    

¡¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS EMILIO!!!!  Ese es el nombre de mi cuerpo.

 Autor: Emilio R. Fernández Ramos

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