LA DICISIÓN DE VIVIR O MORIR, MUCHOS ANDAN INDECISOS
LAS INCOHERENCIAS EN UNA PERSONA SON SEÑALES DE LOCURA
Hola amiga(o)
pensante. La decisión de vivir o morir tiene que ser concreta, sin dudas o
contradicciones. A veces la persona se
encuentra apático, triste y desdichado con unas incipientes ganas de morir, de
desaparecer, de no seguir existiendo para no soportar el sufrimiento. Otras
veces y cada vez menos frecuente, momentos de alegría, felicidad y unas ganas
inmensas de disfrutar la vida.
Una persona que
vive así, generando ideas que se contradicen, se encuentra en un estado de
incoherencia. Las incoherencias son señales de locura, o que algo anda mal con
ella.
Una persona
debatiéndose por sus propias contradicciones vive en un tormento y en un
perenne sufrimiento. Su progreso personal en el desenvolvimiento social se
detiene y en ese vaivén de vida y muerte, su comunicación genera perturbación
en los demás.
Hablen con
alguien que se encuentra alegre y luego háganlo cuanto esté con cara de pocos
amigos, triste y abatido. Son dos personas diferentes. ¿Con cual de ellas
quieren compartir?
Pero el
experimento se hace más interesante si la misma persona es la que observa sus
dos comportamientos y escoge el estado en el que desea permanecer todo el
tiempo. ¿Verdad, que alegre y de buen estado de ánimo?
Confirmada la
respuesta, entonces yo pregunto de manera grosera: ¿Quién carajo impide a uno
que resuelva ese conflicto con uno mismo?
Hay algunos de
ustedes que conocen esa experiencia y han pensado, estudiado y hecho lo que han
podido para no vivir como el que están torturando metiéndole la cabeza en una
tina de agua y lo sacan a respirar cuando ya está a punto de ahogarse.
Pero, ¿le han
prestado atención al control que tienen del acto de pensar? ¿Le han prestado
atención a donde tienen su atención enfocada la mayor parte del tiempo?
Si se han
observado con algo de atención en estos dos asuntos, masoquista sería aquel que
dándose cuenta de sus fallas no haga algo para corregirse.
Ambas fallas:
“control del acto de pensar” y “control de la atención”, son dos acciones que
se pueden ejercitar sin ningún método super especial que tenga que pasar meses
estudiándolo. Y lo que es mejor, no importa con cuál de los dos se ejercite,
obligatoriamente tiene que usar ambos.
Al enfocar y desenfocar
su atención varias veces en lo que escoja para hacerlo, al mismo tiempo el acto
de pensar tiene que atenerse a lo que está haciendo. Y si decide ejercitarse
pensando y dejando de pensar algo, la atención no puede despegarse de lo que
voluntariamente está haciendo.
La variedad de
ejercicios que se pueden inventar es innumerable, póngale interés y verán como
se les ocurren ideas para ejercitar el control de la atención y del acto de
pensar, y de seguro terminaran escribiendo un manual.
Hay que dejar de
vivir la vida con la atención realenga como hijo adolescente, porque ya sabes
los tres sitios donde puede terminar; el hospital, la cárcel o el cementerio.
No digo más.
Buen provecho con tus ejercicios. Nos vemos
pensantes.
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