LA DOBLE CRISIS QUE PROVOCA TENER MIEDO AL MIEDO
LA MECÁNICA DEL MIEDO
Hola amiga(o) pensante. Afirmado y comprobado por muchos y todo el que
quiere hacerlo, la imaginación desbocada es la causa del miedo. Una imaginación
sin frenos es como una góndola cargada que pierde los frenos en una gran
bajada.
El terror por lo malo que pueda suceder con esa góndola es real, pero la
imaginación desbocada causa el mismo terror de morir de manera espantosa. Esta
imaginación descontrolada se ocupa de suponer o de imaginar las mil muertes más
escalofriantes por la que puede pasar un ser humano. Todo lo malo que supone
desordena intempestivamente el sistema endocrino y se empieza a sentir dolores
de cabeza, mareos, taquicardias, problemas para respirar, retorcijones de
estómago, olas de fríos recorriendo el cuerpo, y la impresión de ya estarse
muriendo lo pone tartamudo que no puede ni pedir auxilio.
Lo llevan de emergencia al médico, y después de todos los exámenes
reglamentarios no le encuentran nada físico. “Son los nervios”; recomendación;
deben llevarlo a un psicólogo.
Pero estos casos de imaginación compulsiva por no tener control del acto de
pensar, después de unas cuantas crisis y sufrir todos esos síntomas físicos repetidas
veces que lo hacen experimentar que se está muriendo; no quiere volver a sentir
que el corazón le puede dar un infarto o la asfixia y va a dejar de respirar y
caerá muerto. No quiere volver a pasar por esas dolencias por el miedo y ahora:
“siente miedo de sentir miedo para no experimentar los síntomas de que se va a morir”.
Le tiene miedo al miedo y ahora con su atención en el cuerpo anda alerta y
su imaginación lista para salir desbocada a suponer o a imaginar que aparecerá
la asfixia, el dolor en el pecho y la taquicardia y se va a morir.
El descontrol de la actividad pensativa ocurre gradualmente. La persona va
teniendo poco a poco menos control y cuando se da cuenta, el pensar compulsivo
y la imaginación quedan al garete. Los casos más graves o peligrosos hay darles
bombas de fármacos, encerrarlos o ponerles una camisa de fuerza.
Aquel que ha llegado a ese sótano del miedo al miedo, de verdad… verdad; alguien tiene que guiarlos para subir
al nivel donde pueda sostener una herramienta psicológica y pueda empezar a
apretar todas las tuercas que se le aflojaron.
Ha sido un placer imaginar que van a tener un buen provecho entendiendo
algo de la mecánica del miedo. Nos vemos pensantes.
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