¿DESDE CUANDO NO LE HACES MANTENIMIENTO A LA MENTE?

  


EL QUE QUIERE APRENDER A CONDUCIR, DEBE APRENDER A CONDUCIRSE A SÍ MISMO PRIMERO

Hola, amiga(o) pensante. ¿Ya nos hemos abocados a poner orden en nuestro hogar terrenal? Eso espero.

Un cuerpo bien alimentado, ejercitado y llevado a una revisión médica para anticiparse a problemas mayores, es un hogar confortable. Pero.

“Que vaina que nunca falta un, pero. La mente, esa maquinaria poderosa junto al cerebro, órgano vital del cuerpo tienen una influencia tremenda en las condiciones de la funcionabilidad física.

Un cuerpo presentando fallas funcionales, usted puede jurar que la mente está involucrada en el asunto. Y si no es la culpable directa del origen de la enfermedad, no puede mantenerse indiferente y se involucra de tal manera que es capaz de tomar el mando para dirigir la solución del problema.

En esta involucración vienen otros problemas cuando esa mente está operando con patrones, creencias, estados o condiciones de baja calidad operativa y la enfermedad la convierte en un peligro mortal.

Un cuerpo enfermo con una mente enferma es un baile con la muerte.

Aquí se aplica el mismo principio que hacemos con el cuerpo. No tienes una mente, vives con una mente.

Para vivir necesitas la mente y el cerebro en buenas condiciones, pero, así como el cuerpo necesita que seas tú que lo atiendas, lo cuides y lo protejas, la mente también necesita que le hagamos mantenimiento, poner orden, eliminar pensamientos basuras, y mejorar los programas o hacer actualizaciones con los nuevos conocimientos de la época.

Aquí es que se menciona el que tiene la responsabilidad del cuerpo y la mente. EL PENSANTE

¿Y quién es el pensante?

El que vive en un cuerpo y usa una mente para desenvolverse.

Es el mismo que dice tener un cuerpo, pero a la vez se cree cuerpo. Es el mismo que dice tener una mente, pero cree que la mente es la que piensa, la que les da significados a los pensamientos y él se convierte en lo que la mente decida.

Una cosa es conducir una mente, conducir un cuerpo y otra cosa es conducirse uno mismo.

Esa conciencia original, primaria que nos consideramos ser, o espiritual como la gran mayoría la denomina, es el pensante. Y como pensante tiene que aprender a conducirse antes de conducir otra cosa.

Aquel que tiene dificultades para conducirse, tendrá dificultades para conducir algo o a alguien más.

¿Ya sabes que hacer para recuperar tu habilidad y destreza para conducirte?

No es tarea fácil, pero no imposible. El que quiere con verdadera intención convertirse en un pensante renovado, capaz de explotar su potencial al máximo, busca fuentes confiables, estudia, trabaja y se ejercita hasta recuperar el poder que le ha cedido a su mente, y se convierte en quien quiere ser y como quiere ser por determinación propia.

(A quienes han estado esperando, el Manual del Pensante, sigue en proceso)

 Autor. Emilio R. Fernández Ramos 

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