**“PARA DIOS NADA ES IMPOSIBLE”**

  **ASÍ SE CREE, PERO EN LA PRÁCTICA HAY CONTRADICIÓN**

 

Hola, amiga(o) pensante. El ser humano, con su humildad, respeto y gratitud ante Dios, ante esa causa divina creadora de este universo y su contenido, admite que nada es imposible para esa causa.

El Creador parece estar en pleno proceso creativo de este universo, ya que no ha llegado a su fin. Solo sabemos que cosas han sucedido, cosas están sucediendo y cosas sucederán.

Ante nuestras limitaciones humanas, algo sabemos de lo que ha acontecido desde el origen de este universo, algo de lo que está aconteciendo y casi nada de lo que sucederá. Pero para el Creador, todo es posible.

¿Por qué no confiar, entonces, en esta inteligencia superior?

Hasta aquí, el ser humano procede como debe hacerlo, se apoya en esta confianza en Dios. Pero muchos rompen las reglas o leyes que el Creador les impuso en su diseño.

Una de esas leyes que rigen al ser humano, obra del Creador, es su virtuosa capacidad de pensar, decidir y actuar.

Esta libertad de decisión es con la que hemos creado esta sociedad, así como es, y la individualidad, personalidad o manera de ser con la que nos desenvolvemos.

Si el pensante, que sabe que “Dios todo lo puede”, acostado en su cama, le pide que le traiga comida a la casa, se la cocine, se la meta en la boca y, si es posible, que lo ayude a masticar para no hacer ningún esfuerzo, Dios “le va a pintar una paloma”.

¿Está haciendo uso de la virtud que le concedió?

Sí está haciendo uso, pero la está usando para inutilizarse.

El amparo de Dios en toda criatura es permanente e irrevocable. Pero el ser humano, en particular, debe decidir. Para eso, la virtud o capacidad para pensar que le concedió como un privilegio.

Hasta aquí, no sé si ya se han dado cuenta del error que cometen muchos creyentes y responde por qué Dios parece favorecer a unos y a otros no.

Todos están convencidos de que para Dios nada es imposible, pero habría que preguntar: ¿lo crees tú posible?

Si para ti es imposible, no estás seguro, dudas o no te atreves a emitir tu opinión, 

la ley es la ley: tienes que decidir. Si crees que es posible, Pareciera que “Dios y el universo oyen y ven todo lo que piensas”, y eso que piensas es lo que sucederá.

Antes de pedir a Dios, asegúrate de que de tu mente no surjan dudas. Pregúntate sin miedo: ¿es para mí esto posible?

¿Es posible lograr esto o aquello?

Si no sientes esa certeza de que TÚ puedes lograrlo, no se logrará. Y no se logrará porque dudas de Dios. Y dudas porque, según tú, no te creó como tenía que crearte, con mucha confianza en ti y en tus capacidades, o estás atrapado en tu laberinto psicológico en un estado de confusión permanente.

Se vuelve a olvidar que una de las grandes virtudes que nos concedió fue “decidir quiénes y cómo queríamos ser”. Y esa actitud dudosa o negativa es producto de nuestro pensar.

Como siempre habrá quienes siguen creyendo que nacieron con fallas físicas o psicológicas. Y lo siguen creyendo a pesar de ver condiciones en otros que parecen peores a las suyas. Sin embargo, son seres que cumplen su misión agradecidos y felices.

No basta con confiar en Dios. Si dudas de ti, lo echas todo a perder.

Te explico los pasos que debes seguir. Si lo deseas.

“Le digo a Dios a dónde quiero ir y me dejo conducir”. Esta es mi expresión favorita, de mi puño y letra, jajaja... Primero visualizo lo que deseo, lo decido, decreto o postulo como algo ya logrado por mí. (Al hacer esto, es confianza plena en mí). Y le digo al conductor de este universo: “mi pana, aquí tiene lo que he decidido, a dónde quiero llegar o qué deseo lograr, yo le echo pichón” y usted se encarga de conducirme por el futuro. (Solo el creador conoce el futuro).

A Dios no le molesta que yo le diga mi pana. Lo importante es que use mi capacidad de pensar, concluya y decida lo que voy a hacer y “le eche pichón” “con todos los hierros”.

Hay que barrer toda esa basura mental limitante que hemos producido en el tiempo de vida que llevamos.

Para quien le interesa y pueda superar sus prejuicios, y encuentre material de apoyo para autoayudarse a barrer la basura de su mente, pongo mi granito de arena con estas publicaciones.     

Así como piensas, así como consideras o, así como crees, será la realidad que experimentarás en tu vida. No le eches la culpa a nadie. A nadie humano o no humano. Revísate tú.

Autor. Emilio R. Fernández Ramos