LO NUEVO DEL AÑO NUEVO NO ES TUYO
NO SEAS TERCO, DEJA QUE TU TIEMPO SE VAYA PARA QUE RENOVES TU VIDA
Hola,
amiga(o) pensante. Ya, el 2024 pasó, el 2025 llegó nuevo de paquete, ¿y tú que
tienes de nuevo?
Hasta
el tiempo lo sabe, no puede repetirse, si lo hiciera se volvería un rollo nudoso
que no había forma de desenredar.
Lo
nuevo del año nuevo no te hace nuevo. Bueno, pero si prefieres quedarte con tus
viejos cachivaches que usaste el 2024, y que sabrá Dios de cuantos años atrás lo
vienes usando, quédatelos, pero no esperes vivir mejor, con mejor salud y alcanzar
tus sueños.
El
tiempo que pasa es vida que se consume como el cuerpo de una vela encendida o de
un cerillo. Cada segundo que pasa te acorta el tiempo de vida. Sé que esto lo
sabes, pero demostrarlo requiere algo más que saberlo.
Para
dejar el pasado en el pasado se necesita valor. Se necesita un nivel de
integridad solido y no vivir pensando en lo que piensan los demás o dejando que
los recuerdos modifiquen tu vida presente.
Y
la razón es que los pensamientos o creencias; también llamados conocimientos o
intelecto, son los que mantienen el ego inflado. Sin esa “sabiduría” el
pensante se siente un don nadie. ¿Quién lo va a ver como una gran persona?
Los
traumas que sufrió aun siguen siendo excusas para justificar el porque de su
sufrimiento. El poder explicarse y explicar a otros la razón de sus problemas o
éxitos actuales, lo alivia de tal manera, que tiene que hacer todo lo posible de
mantenerse recordando ese tiempo pasado. Dios no permita que se le olvide, como
podría entonces justificar su sufrimiento presente y el que piensa que va a
seguir sufriendo hasta que se muera.
La
mente es una fiel servidora del pensante, cumple todos sus caprichos. Ella le
dice: “mira que te estás fueteando tú mismo si cumplo lo que piensas”. “No me importa, la culpa es de la vaca”.
“pero
si eso no te ha funcionado nunca; le responde la mente”.
“A
mí no me importa; la culpa es de la vaca”.
Pensantes
tercos, porfiados demás. Se tropiezan y revisan para ver con que, y son capaces
de devolverse para volver a tropezar con la misma piedra hasta que la piedra
reconozca que es culpable de su torpeza.
El
2024 no le importa que recuerdos te dejó. Cada uno que haga con sus recuerdos
lo que les dé la gana.
Y
el 2025 preguntándose sorprendido: ¿y donde está la gente que quiere vivirme?
¿Ese poquito? Me habían dicho que eran ocho mil millones de personas.
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