ME ENCARGO DE TU CUERPO
ME ENCARGO DE TU CUERPO
(Poema)
Si no vas a
cuidar tu cuerpo, para tu tranquilidad y para el bienestar de él, debieras
dejarlo a mi cargo.
Yo sé cómo
tratarlo, tengo voluntad y suficiente dedicación para hacerlo sentir como el
consentido de la casa.
Primero le
haré perder esos kilitos que tiene demás; dejaré de hacerlo consumir la
cantidad de chucherías que por tu antojo le estás dando, y las comilonas hasta
que el estómago queda que se revienta, desaparecerán de su vida.
Entiendo que
lo pones a trabajar todo el día y te responde con fiel servilismo sin quejarse,
pero hay actividades dirigidas con propósitos de fortalecimiento, de
tonificación y efectos relajantes, y a los cuerpos les encanta, así como
disfrutan llevar encima a alguien que le transmite placer en lo que hace con él.
Como parte
del cuidado le haré muchas caricias amorosas, hasta sensibilizar cada una de
sus células para que la experimentación del orgasmo sea una verdadera explosión
volcánicas de esas que el magma llega a miles de kilómetros y las cenizas alcanzan
alturas que pueden ser visibles desde la luna.
Tu cuerpo me
mira con esos largos y anhelantes ojos, como esos perritos en las guarderías
que esperan por alguien que los escoja como mascota y lo incorpore como uno más
de la familia.
Dile que sí
lo vas a dejar a mi cuidado para que veas como salta de alegría. Como no puedes
separarte de él, y de paso experimentas todo lo que él experimenta, tú también
te puedes quedar para que compruebes si lo que te prometo que va a suceder, sucede
o no sucede.
Eso sí, te
advierto que correrás el riesgo de enamorarte tú más de mí que tu propio
cuerpo. Por si eso llegara a suceder, tengo reservado en mi corazón la habitación
principal. Ahí te atenderé como mi reina.
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