ACEPTAR ES UNA CONDICIÓN MÁGICA
DEJA DE TENER PROBLEMAS CON LA ACEPTACIÓN
Hola amiga(o) pensante. Hay personas que consideran que, por cambiar las
palabras para entonar una idea distinta, de inmediato se produce un cambio en
una condición indeseada que padezca.
La condición emocional, anímica, sentimental o psicológica de cualquier
tipo, no responde a un simple cambio de palabras para repetir mental o
verbalmente, buscando establecer un nuevo patrón de comportamiento.
La condición que se experimenta o se siente, ya pasó por el proceso de
consolidación de ideas que forman el piso que sostiene la condición donde se
pretende instalar las nuevas ideas o pensamientos.
Dos cosas no pueden ocupar el mismo lugar, y menos
para el mismo propósito como quiere hacerse con las instalaciones mentales.
Estos intentos su superponer unos pensamientos sobre otros, requieren el
uso de la fuerza. Y lo que se puede lograr es que la mente haga cortos
circuitos para tratar de producir un patrón con dos algoritmos contradictorios.
Es posible que se pueda obligar al nuevo comportamiento, pero necesita
que el pensante se mantenga pendiente de la energía extra que necesita. Es el
caso que sufren quienes quieren dejar un vicio como fumar, el licor, comer en
exceso, etc. y cuando aparece la tentación debe recurrir a todo el repertorio
de ideas que tiene para no hacerlo.
Eso no es vida ni favorece la salud. El conflicto en la mente sigue y no
puede aislar un patrón que está activo del resto de las funciones que ejecuta.
Por lo tanto, otros puntos débiles en la mente o el cuerpo pueden entrar en
crisis. Por algún lado revienta la presión.
Es un error tratar de cambiar condiciones superponiendo otra. Con esto
lo que se causa es un mal funcionamiento de la mente.
El proceso más acertado es desmantelar la
instalación que se ha hecho. Lo que la persona tiene no lo desea, pero tampoco
debe negarlo, mucho menos hacer esfuerzos por rechazarlo.
La teoría dice que lo adecuado es empezar por aceptar la condición. Pero
aceptar es el resultado de un proceso o acciones que conduzcan a que el
pensante experimente la aceptación. Ya que desde que empezó a sentirse mal lo
ha estado rechazando y eso significa que ha estado produciendo pensamientos de
“no aceptación”.
Es decir, el pensante no quiere estar cerca de la condición que padece.
Se quiere alejar o separar de ella, quiere que desaparezca sin hacer contacto
con ella. En otras palabras, no reconoce que la instalación mental que promueve
la condición es obra suya.
Si el pensante quiere saber lo que es experimentar aceptación, observe
lo que siente con la condición que no desea. Eso que siente es lo que está
experimentando. Y como se puede comprobar, no hay pensamientos dando vueltas en
la cabeza para producir lo que ya está creado.
Es por esa razón que las personas que están pasando por problemas o
enfermedades de origen psicológicos no pueden creer que ellos las están
produciendo, ya que no se observan pensando en ese sentido.
Ya la obra está hecha, pero hay algo muy
importante que el pensante debe saber, siempre está conectado a ella. El
pensante es la fuente de energía que la mantiene.
Esté consciente o no, la sigue alimentando; por lo tanto, lo primero que
debe de hacer es dejar de hacer eso, y las actitudes que debe dejar de tener
son todas esas de rechazo o negación de lo que tiene.
Solo eso, dejar de generar esa actitud de mandar al diablo su obra
maestra que lo tiene sufriendo. Les juro que si pudieran verla con el mismo
amor o admiración que “sienten” por lo que les gusta de ustedes, van a
experimentar la aceptación.
Al experimentar la aceptación, el pensante está asumiendo su rol de
causa o creador. Como consecuencia se manifiesta el poder que necesita para
hacer los cambios que tenga o deba hacer.
Si en algo puede confiar el pensante es en lo que está experimentando,
eso es una realidad en su existencia que ha podido causar, le guste o no.
Pero si lo está experimentando y lo está rechazando al mismo tiempo,
toda su estructura psicológica se derrumba. Pierde toda estabilidad y su vida
se hace insoportable.
La espiritualidad, o el pensante, se ilumina con experiencias. La teoría
o el conocimiento muestran un camino hacia un objetivo, algunos piensan que con
saberlo ya lo han logrado.
Y sí, si han logrado algo; experimentan mucha vanidad
y arrogancia.
Pero el pensante responsable, se basa en lo
que puede experimentar. Así que si desean que la aceptación les funcione no se
queden en el conocimiento. Ya es suficiente con todo lo que saben y creen, pero
que no pueden hacer uso de ese conocimiento en la vida real.
Ha sido un placer. Buen provecho experimentando la aceptación. Nos vemos
pensantes.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
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