EL ERROR QUE TE ROBA LA VIDA
DESCUBRE CUAL ES LA CAUSA DE TENER QUE LUCHAR TODA LA VIDA POR UN POCO DE FELICIDAD
Los padres, familiares y casi toda la
humanidad, celebra con amor la vida desde que se forma en el vientre de una
madre. La vida nace desnuda al mundo y todos la ven con ojos amorosos.
Esa vida recién nacida, no es, ni ha hecho mérito
de algún tipo para recibir miradas tan dulces, pero todos nos enamoramos de esa
vida. Eso demuestra que la gente sabe amar la vida sin prejuicios, de una
manera incondicional.
Esa vida recién nacida es la misma vida que
vive hoy cada uno de ustedes. Si observan ahora, ya no pueden amar la vida de
nadie más sin tener algún reparo.
Ni la vida propia se ve con ojos amorosos, para
hacerlo se ponen condiciones, se exigen requisitos para alegrarse de estar
vivo.
El gran error humano es NO diferenciar la vida, del modo de vida que
lleva la vida. Si algo destruye el amor entre los seres humanos, son los modos
de vida que cada quien propone, lleva, o se desenvuelve.
La solución que surge de inmediato en quienes viven con este error de
confundir la vida con el modo de vida, es eliminar la vida de quien no actúa
como él quiere. “Muerto el perro se acaba la rabia”.
La sociedad se ha visto obligada a decretar leyes con máximos castigos,
como la pena de muerte, para contener a la gente de que no use la solución que
se le viene a la mente tan pronto tiene conflicto con otras personas por los
choques en sus modos de vida.
En aquellas relaciones familiares o más cercanas, cuando llegan esos
pensamientos de muerte y la persona reconoce que no es para tanto, a toda prisa
pide perdón a su Dios. Pero ya le deseó la muerte o algo malo a una vida.
Ni el
mismo pensante se salva de su propio juicio. Después de unos pocos años de
vida. Criado en una sociedad que le enseñó que la vida no tiene ningún valor;
que lo que debe valorarse es el modo de vida y para este modo de vida cada
grupo social tiene sus propios valores. Lo que es bueno en un grupo puede ser
detestable en otro; ya la persona no sabe qué hacer con su autoestima.
Esta grave confusión de vida, es una fuente de infelicidad indetenible
si no se corrige. Los modos de vida nunca son lo suficientemente completos para
que la gente se sienta dichosa, satisfecha y feliz. Siempre andan tras un modo
de vida mejor que el que tienen.
Se les acaba la vida y no se han aquietado un rato para disfrutarla.
La vida, empecinada en seguir tras un modo de
vida que la haga feliz, no tiene tiempo para ella. Cuando ya ve que el final se
le viene encima; que la muerte la está saludando, es entonces que quiere vivir
la vida que desperdició todo ese tiempo pasado.
Algunos más inteligentes, dejan de ver esta vida terrenal como un paraíso
donde se puede ser feliz, para verla como un infierno, y convidan a otros como
ellos para ser feliz con el modo de vida que se vive en el cielo.
Allá en el cielo, su Dios con todos sus ángeles
se encarga de darles todo lo que a ellos les gusta disfrutar. Morirse es la
alternativa, pero hay que comprar el boleto. Y para eso existen innumerables agencias
de viajes que ofrecen ofertas y paquetes asequibles a todos los niveles
sociales.
La vida, esta vida que somos; no soy un
curador de obras de arte, pero para mí, el creador de la vida se botó. Es una
obra maestra.
No entiendo para que carrizo nos empeñamos en dejar de amar o apreciar
la obra del creador, que es la vida, para amar un modo de vida que es un
invento de cada uno de nosotros.
Aquel
que desenrede el lio en que nos hemos metido por este craso error, de confundir
la vida con el modo de vida, retomará la vida que abandonó desde muy niño, y la
volverá a vivir como la vivía en sus comienzos.
Lo dijo un reconocido maestro: “en verdad les digo que, si no se convierten
y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos”
Un
cielo que está en cada vida, ahí en cada uno de nosotros es donde hay que
buscarlo.
Ha sido un placer compartir. Buen provecho con tu vida. Nos vemos
pensantes.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
Comentarios
Publicar un comentario