QUE TIENE QUE VER LA PASIÓN CON LA VIDA
UN APASIONADO CREA SU PROPIA EXPERIENCIA DE VIDA. HE AQUÍ ALGUNOS CONSEJOS
Hola amiga(o) pensante. Dedicarse a lo que
realmente se ama y se considera importante, es nuestra definición de la pasión que
vamos a tratar.
Por lo general, las personas determinan que existe pasión por lo que
hacen, porque les gusta lo que hacen. Punto, es una acertada observación.
Generar estados de felicidad puede ser
garantizado si se está haciendo lo que se gusta hacer. No existe mejor prueba,
que observar el lado contrario; los abundantes momentos de infelicidad, frustración
y desgano, se producen en aquellos que están haciendo lo que hacen, pero no
sienten ningún apasionamiento.
Las pocas personas que experimentan sentir pasión por lo que hacen, no
pasan de tener una o dos cosas en las que pueden entregarse por completo.
Con esta minoría de afortunados, como ejemplo, y que resalta a la vista,
se ha llegado a deducir que la regla es sentir pasión por una sola cosa de las
que se hacen en la vida, y el que tenga dos, es una persona excepcional.
Por
otra parte, al ver tanta infelicidad, se deduce que, encontrar algo que hacer
que nos guste, donde hay escases de oportunidades, es una misión imposible.
Según está filosofía irracional, no se puede sentir pasión debido a que
la sociedad no está ofreciendo a las personas los suficientes tipos de
actividades para que escojan las que más les gusta.
La
nueva generación que entra en etapa productiva tiene que salir a ver que
encuentra que pueda hacer “para sobrevivir”, o si esa persona es algo racional
y objetiva, se ha preparado “para ganarse la vida”, tomando como ejemplo el
modo de vida de algunas personas que le gusta cómo viven, en términos
materiales y estatus social.
Los objetivos que llevan todos los educados en sus mentes, es “sobrevivir
y ganarse la vida”. Mientras estudian van imaginando el modo de vida que desean,
no saben si se van apasionar cuando empiecen a trabajar de lleno en su
profesión, lo que sí están seguros es de trabajar duro para lograr el modo de
vida que están ambicionando.
Muchos de ustedes que han vivido trabajando para ganarse la vida y tener
el estatus que escogieron dentro de todos los que se mostraban en la sociedad,
pueden revisar los gráficos y estadísticas para evaluar si la vida vivida hasta
el día de hoy, los tiene satisfecho. Y si aprendieron a vivir la vida para no
caer en estados depresivos o emocionales de sufrimiento.
Mirar cómo se están sintiendo emocional y sentimentalmente con respecto
a la vida, es adecuado para determinar que tanto pudieron disfrutar la vida y
que tanto aprendieron a vivirla.
Si todo
lo que hicieron fue sacrificio, duro y pesado, y viven o vivieron esperando el
retiro o la jubilación para ver si le llegan a su mundo interior lo que no
pueden o no han podido obtener en la vida, entonces, todavía hay tiempo de
revisar los objetivos que la cultura los hizo poner como la meta fundamental de
la vida que iban a vivir.
Se supone que la profesión que eligieron era la que más les gustaba, y
debía ser una actividad hecha con apasionamiento, pero si al examinar el
asunto, quizás en estatus y como fuente de ingreso es satisfactorio, pero el
sufrimiento, la presión el estrés y problemas fueron una calamidad que no
quisieran volver a vivir. Entonces mis amigos, el objetivo que brillaba en su
mente no era el de disfrutar hacer lo que les gustaba.
A veces
el trabajo es la única fuente de una pasión que sirve de distracción, para
escapar de otras actividades fundamentales de la vida, que no se pueden hacer
desaparecer.
Existen en el trabajo o en otras actividades importantes, momentos
exitosos, ganadores, que producen emociones de alegría y felicidad, que pueden
hacer creer que estaban involucrados en esa actividad porque les apasionaba lo
que hacían. Pero en los momentos de crisis o problemáticos desearon mandar todo
al infierno, signos de que no fue así.
Es que resulta. que todo ciclo de acción en pos de un objetivo tiene sus
altos y bajos. Tienen momentos buenos y momentos malos, así es la vida, no se
trata de que la pasión se pierde cuando las cosas no salen como uno lo desea.
Es un engaño mental, como lo es suponer que el
sistema social es el que crea la actividad que nos puede apasionar. Es decir,
la motivación la causan las cosas fuera de uno
Al suponer que esa actividad milagrosa que nos va a apasionar, tiene que
existir fuera de uno y ser accesible, el pensante muere a mengua si en su
entorno no existe o no puede acceder a esa actividad que ha elegido.
Entonces, ¿qué papel juega el pensante para
decidir qué es lo que quiere hacer?
Al parecer ninguno. Por un lado, dependen de lo que dispone la sociedad
y por otro lado muy importante, consideran que su destino ya fue escrito por su
Dios, y eso era lo que les tocaba hacer.
Lo que le queda a esta mayoría de pensantes sufridos e infelices, es la
resignación. Pero la resignación no produce felicidad, el sabor de la disconformidad
le da mal gusto a toda la vida.
Aquel que lea este escrito, es de Perogrullo que está vivo. Y si está
vivo por lo menos puede vivir unas horas, días, meses o años más.
Así que, si reconoce, que nada de lo que hace
puede apasionarle de tal manera que el cielo se le puede caer en pedazos
encima, y estar tan entregado en lo que hace, que no se quiere detener hasta el
último segundo de su vida.
Entonces mis queridos amigos, manos a la obra. Hay que revisar los
objetivos y razones que tienen para vivir. Es obvio que esas motivaciones que
tienen ahora no les ayudan a generar entusiasmo a un nivel que puedan resistir
los vientos fuertes de la vida.
Por experiencia, y se los dice alguien que a la vista de quienes me
rodean, que también piensan que hay que tener suerte para encontrar una
actividad que les apasione, y no sea solo para sobrevivir; les puedo asegurar
que: “el apasionamiento lo produce el pensante”.
Y no solo se puede producir la pasión en una sola cosa. Todo lo que una
persona hace, puede hacerlo con pasión. Con gusto o con entusiasmo.
La pregunta que se dispara. ¿Y cómo produzco esa pasión”, ¿cómo hago
para apasionarme?
Con esa pregunta en la cabeza el pensante observa a su alrededor y ve
que de todas las cosas que hace, nada le apasiona. Son rutinas desgastadas,
aburridas, no generan emociones agradables.
Y si miran un poco más allá, ven que el mundo
está a punto de explotar, y pareciera que ya no vale la pena intentar a
aprender a disfrutar la vida.
Sin darse cuenta los pensantes se están deprimiendo poco a poco, cada
día hay menos entusiasmo por vivir la vida, y ya que no hay esperanza en la
tierra, se acuerdan de Dios para rogarle que les dé una posada en el cielo.
Muchas almas infelices y decepcionadas de la vida, ven como se les va
apagando la llama, y la tristeza acompañada de sendas lágrimas, es el cuadro
que dejan para ser recordados.
“¿Pero Emilio como hago”?
Podrán ser infelices, pero la inteligencia que tienen no la han perdido.
De eso estoy seguro. Así que por falta de inteligencia no es que son infelices
o llevan una vida interior de sufrimiento.
Les garantizo que, si trabajan para recuperar el control de la actividad
pensativa, se puede lograr la autosuficiencia psicológica.
Serán capaces de encender su propia planta eléctrica en el interior de
su mundo y prender todas las luces que quieran. Con un mundo interior iluminado
se puede ver mucho mejor todo lo que nos rodea.
“Emilio tengo que pensarlo”. “Entiendo, pero me he estado sintiendo tan
mal que no me provoca hacer nada”. Bla, bla, bla.
Cuando
habla la depresión, la infelicidad o el sufrimiento y te compadeces, se le está
echando la tierra a la sepultura.
La ultima reserva de energía de vida que queda hay que invertirla en apasionarse
por volverse un apasionado en la vida.
No hay una actividad más importante que otra, todas lo son. Usa este
criterio y empezaras a fluir pasión desde que te despiertas todas las mañanas.
Empieza con tus rutinas de cepillarte, lavarte, vestirte, cocinar,
desayunar, etc. pero ahora préstale atención. No dejes que tu mente te lleve a
pensar en otras cosas que parecen importante.
Resiste la tentación de volver a analizar
situaciones que no están sucediendo todavía si ya lo hiciste. Dedica toda tu
atención a lo que estás haciendo; amarra el cordón de los zapatos y procura que
quede como te gusta.
Ese beso de despedida que sea un beso apasionado. Contempla el tráfico
de autos, de personas, el ambiente, etc. y elimina, cancela o anula la opinión
que te venga a la mente.
Esos pensamientos evaluativos de todo lo que percibes, te quitan
claridad, solo percibes el pasado de ti. Ese que fuiste ayer lo quieres imponer
a la fuerza hoy, y no permitirte vivir con la emoción y el sentimiento adecuado
a este nuevo momento.
Estos son consejos para el modo de vida, pero lo verdaderamente importante
es la vida que decide consciente o no, el estilo de vida que está llevando; y
esa vida son ustedes, los pensantes.
Ha sido un placer. Buen provecho desarrollando pasión por la pasión. Nos
vemos pensantes.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
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