EL POEMA DE LOS POEMAS
EL POEMA DE LOS POEMAS
(Dicho en prosas)
¿Quieres poemas?
Enamórate de mí.
Condición sine qua non.
Si aceptas voy a mantener floreada tu vida.
Típico chantaje que
explota las necesidades y gustos de las personas.
Los gustos no son
causados por la naturaleza externa ni por la estética que produce el ser humano
con los materiales del universo físico. La belleza la produce el alma con su
belleza.
Si el alma se siente
bella, todo lo que mira es bello; si el alma se siente amor, ama todo lo que
mira; si el alma se siente infeliz, nada de lo que le rodea, nada de lo que
tiene; puede devolverle una felicidad que no puede experimentar.
¿Quieres poesía? Conviértete
en un poema.
La vida es un poema que
permite que hagas todo los que quieras con cada uno de sus detalles. Sus
detalles son como estrellas fugases, pasan dando la oportunidad para que te
inspires o la ignores.
La vida no solo está en
ti, la vida está en todas partes, es por esa razón que deja a criterio de cada
persona la libertad de sentirse tan grande como quiera, o tan empequeñecido que
no encuentre en sí mismo un lugar para descansar.
Las florituras en los
poemas usadas con el lenguaje son combinaciones de tintes que pueden disimular
las canas, pero el que lo usa sabe que sus canas siguen ahí, depende de si su
alma se siente un bello poema esparciendo esporas para garantizar su
perpetuidad en el tiempo. O sin importar el tinte que use, sigue sufriendo por
sus canas que lo envejecen.
Así son los poemas. Se
disfruta solo lo que se puede sentir o experimentar en el alma o en la esencia
misma del ser. Por eso, ver a una persona buscando la felicidad y la belleza fuera
de ella, produce desconsuelo y lo que provoca es abrirle los parpados y sujetárselos
con unas pinzas.
Este es un poema de los
poemas, porque está hecho con amor para ti, que puedes sentirlo.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
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