SUÉLTATE QUE NO TE VAS A CAER

 


LA LLAVE SECRETA PARA LIBERARTE DE TI

 Hola amiga(o) pensante. ¿Ustedes no creen que ya es suficiente estarse aferrando con su atención en todo lo que ven fuera de ustedes y en su mundo interior?

 Los pensantes pueden comprobar que en todo momento su atención la tienen puesta en algo. Cuando no es en una cosa es en otra. Toda la vida, no han cesado de mantener la atención ocupada en algo.

 Esto significa que tienen mucho tiempo que no saben lo que es estar tranquilo, haciendo nada y experimentando lo que se siente.

 No han permanecido con la atención suelta el tiempo suficiente para experimentar como se percibe la vida en esa condición.

 Desde el nacimiento, el mundo exterior se convierte en el proveedor principal de cosas para fijar la atención. La curiosidad y el interés por saber en las primeras etapas de la infancia causa un impulso en poner la atención a toda cosa que se expone a nuestros sentidos.

 Toda esa información captada por la atención con sus respectivas interpretaciones, se archivan en la mente para asegurarse de poder recordarlas.

 Poco a poco el pensante no solo busca con su atención hacer consciencia de todo lo que se presenta ante él en el mundo exterior, sino que dedica parte de su tiempo en llevar la atención a los recuerdos y a lo que está pensando.

 Y en la medida que aumenta su actividad pensativa, aumenta el uso de su atención para observar lo que está pensando.

  En cierto punto de la vida, el pensante mantiene permanentemente ocupada la atención en las cosas que percibe de exterior, incluyendo la actividad del organismo, en los recuerdos y en los pensamientos que está produciendo.

  El pensante no tiene descanso, solo cuando puede dormir, logra una desconexión de su atención y hasta su cuerpo puede descansar en paz.

  De niño comienza fijando su atención en el mundo exterior y ya adulto la mayor parte del tiempo la mantiene en sus recuerdos y en lo que esta pensando.

  La diferencia de la calidad de vida interior que se está dando un pensante cuando es niño y cuando ya es adulto, ustedes lo pueden comprobar por su propia experiencia de vida.

 De niño la atención anda suelta en el mundo exterior, y muy pocas cosas en la mente que tengan importancia como para dedicarle tiempo.

 Luego de adultos, las cosas del mundo interior pasan a ser las cosas que tienen importancia. Al extremo que muchos pueden reconocer los serios problemas que padecen por no poder sacar su atención del interior “de su cabeza”.

  Ya cuesta mucho experimentar la vida como una experiencia agradable y feliz. De niño no era problema ser divertido o divertirse, pero ahora las cosas en la que mantiene su atención son tan serias, que no se puede permitir ser alegre.

  “Suéltate que no te vas a caer”. Este es el título de este escrito. Pero llevar a la práctica el acto de mantener la atención suelta de cualquier cosa, después de vivir siempre agarrado a algo, no va a ser tan sencillo.

  Se ve fácil de hacer, pero surgen muchas complicaciones. Traten de sentarse sin ver para atrás para saber a dónde lo hacen. Aquellos que dicen que lo pueden hacer, por lo general acaban de despegar el trasero de la silla y tienen la seguridad que la silla sigue allí. Por eso no hace falta volver a fijar la atención en la silla, usan la atención en su memoria de que la silla está ahí.

 Claro, si alguien quita la silla, el porrazo que se va a dar lo hace ver las estrellas.

  Algo parecido sucede cuando un pensante vive con su atención siempre puesta en algo. No se concibe vivir sin estar consciente de algo. Necesita tener la atención puesta en algo. Siente que si se suelta se va a caer o a quedar inconsciente.

  La consciencia de algo o de cualquier cosa le garantiza que está vivo. Por eso cuando duerme y luego se despierta, es como volver a la vida.

 El despertar significa que ya reinició el uso de la atención y esta le devolvió la consciencia. ¡Estoy vivo! ¡sigo vivo! Que alegría, eso merece un agradecimiento al creador.

  Si hasta este punto pueden ver que la consciencia de vida se produce con el uso de la atención, entonces se entiende la importancia que tiene la atención para la vida.

  Si la atención es tan importante para la consciencia de vida de un pensante; no debiera dejarse al garete. Es decir, sin habilitar su control si lo ha perdido, o tiene fallas catastróficas. Como no poder parar de pensar en algo, o padecer de insomnio.

  “Lo que llaman parar de pensar” para sentir alivio, es más bien un alivio del cansancio de mantener la atención en los pensamientos que se están produciendo.

  Lo bueno de la atención, es que los problemas de atención se resuelven con la misma atención.

  Es como decir: los problemas de la consciencia los resuelve la consciencia. O los problemas que se causa el pensante los resuelve el mismo pensante.

 ¿A dónde van a ir a buscar ayuda con esa pata hinchada?

 Ya les he explicado como ejercitar “mantener la atención en la atención”. Una variante que les puede dar menos dificultades es: “soltar la atención de cualquier cosa que se fije.”

  Que significa esto; que van a vigilar o a estar atento si su atención la tienen en algo. Tan pronto se den cuenta que la tienen en algo, suéltense. (Pueden hacerlo con los ojos abiertos o cerrados, aunque debe practicarse en las dos modalidades.)

  Es como vigilar el ave que anda volando, o la mosca que vuela a tu alrededor y vigilas para espantarla tan pronto se pose en algún lugar.

  Imagina que estas dentro de una campana. (Esa campana es tu cabeza), la atención vuela, cuando se detenga en algo, espántala, suéltala.

  Es algo extraño, no dejarla que se detenga en nada. Se verán tentados a detenerse en algo, quizás reflexionar acerca de lo que hacen, y entiendan los extraordinarios beneficios que se pueden experimentar, pero ese no es el momento de dejar que la atención se quede en esa cognición o entendimiento.

  Espanten la atención el tiempo que decidieron no dejarla parar. Suelten la atención de ese algo. Hagan eso nada más.

  No es que se van a soltar y de inmediato ponerse a pensar en otra cosa, o van a buscar algo que hacer con la atención.

  Con seguridad en las primeras de cambio, no van a poder evitar que la atención salte de un lugar a otro, o de una cosa a otra.

 Si cierran los ojos, los recuerdos y los pensamientos que se están produciendo van a ser los objetivos involuntarios que jalaran la atención.

  El pensante se encuentra con tan poca iniciativa que, si no elige que pensar, se dispara el automático mental para traerle a la pantalla lo que debe ponerle atención. Y luego no solo le cuesta dominarla, sino que no puede mantenerla el tiempo que quiera, en algo que haya decidido hacerlo.  

  Estas pérdidas de control de la atención son las barreras a vencer. Así que; soltar la atención y mantenerla suelta, para quien ha perdido determinación y el control, no es tarea fácil. Pero tampoco es imposible.

 Los invito a experimentar la verdadera consciencia o lo que en esencia son, no dejando que la atención les produzca la consciencia temporal que usamos para el desenvolvimiento en este plano terrenal.

  Si no lo intentan, no saben lo que se pierden. Este es un camino corto para lograr el despertar espiritual y hacer del mundo interior un lugar placentero.

  Si quieren decirle adiós al estrés, a la depresión y a esos estados de ánimos tan bajos que los tienen hasta la coronilla. Préstenle atención a la atención.

 Hagan ejercicio o distráiganse espantando la atención, no la dejen que se pare en nada. Es como un juego de lego o rompecabezas que se lo entregan armado, ahora ustedes van a aprender, desarmándolos.

  Los científicos lo llaman “ingeniería inversa o retroingeniería”. Tienen un producto desconocido. (Que en este caso es la consciencia de que o quienes son verdaderamente) entonces usan la ingeniería inversa para conocer sus componentes y cuál fue el proceso de fabricación.

  Ustedes son y construyeron esa consciencia temporal, pero se les olvidó. No lo recuerdan, y ahora están algunos confundidos y otros perdidos en las nebulosas.

  Demuéstrenme que estoy equivocado, que la vida no mejora psicológicamente en lo absoluto; poniendo a prueba este ejercicio, dedicándole 10 minutos diarios por 7 días. Este tiempo como prueba, pero se debe practicar el tiempo que haga falta hasta recuperar el control de la atención.

  Ha sido un placer. Buen provecho al sacar tu atención de esa jaula y soltarla para que sea libre.

 En otras palabras, esta es la llave SECRETA para liberarse de las cadenas que nosotros mismo nos hemos puesto. Nos vemos pensantes.

  Autor: Emilio R. Fernández Ramos

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