UN FELIZ AÑO PARA LOS IGNORADOS
UN FELIZ AÑO PARA LOS IGNORADOS (POEMA) Hasta no hace mucho creía que su rostro era mi rostro, que sus brazos y manos eran míos, sus piernas, sus genitales, todas sus partes eran mis partes. Sentía que su hambre era mi hambre, su sed era mi sed, sus dolencias y malestares eran mis dolencias y malestares. Me confundí con él, ya que nunca manifestó lo contrario, nunca estableció una diferencia entre él y yo, y eso me hizo creer, que mi cuerpo era yo. Ahora que he logrado recuperar la suficiente consciencia para contemplarlo, aprecio la grandeza de este aliado. Su fidelidad y entrega es total; incapaz de guardar rencor, o activar venganzas contra mí por los malos tratos que atentaban contra su salud y contra su vida. Siempre dio lo mejor de sí para soportar y ayudarme a superar situaciones exigentes donde el más sacrificado era él, y, sin embargo, cuando lo dejaba descansar o dormir, no cesaba de trabajar para reparar los daños que yo le causaba y estar en mejor condición para mi si