COMO REDUCIR EL ESTRÉS

  


LOS PROBLEMAS; LAS CARGAS QUE AGOBIAN AL PENSANTE

Hola amiga(o) pensante. Muchas personas con los problemas se comportan como si tuvieran la paranoia de que todo el mundo los quiere matar.

Por todas partes, en cualquier circunstancia o cualquier hecho los ven como problemas. Están tan obsesionados que al pensar en soluciones, hasta estas se les convierten en problemas.

La carga mental que acumulan los mantiene aplastados. Sometidos a una presión en aumento, que poco a poco disminuye la resistencia y se quiebra psicológicamente. Teniendo que recurrir a tratamientos farmacológicos.

Reconocer que el estrés está aumentando, o las condiciones internas están empeorando, es el requisito exigido para encender las alarmas.

Okey, ya me di cuenta; ¿y ahora qué hago?

Lo que vas a hacer, es dejar de hacer lo que estás haciendo con los problemas, o mejorar tu manera de identificar los problemas.

A ver; ¿sabes lo que es un problema? Si no sabes reconocer un problema, a todo lo que te suceda lo vas ver como un problema.

La forma más sencilla de reconocer un problema, es que en su exposición termina con una interrogante o una pregunta, a la cual tienes que encontrar la respuesta.

No importa que nunca hayas ido al colegio donde tuviste que resolver problemas de matemáticas o física, hasta un campesino analfabeto para sembrar tiene que hacerse preguntas; “como hago para…? O ¿Qué tengo que hacer para cosechar tres mil kilogramos de ocumo?

En la vida de una persona están ocurriendo hechos incesantemente. Hechos de todos los calibres; de poca, de ninguna, o mucha importancia.

Cada quien le da a los hechos que le suceden la importancia que tengan para él. Nadie lo puede obligar a que le importe o no le importe lo que le está sucediendo o le ha sucedido.

Los hechos pueden acarrear consecuencias, y de estas consecuencias pueden surgir problemas.

Aquí es donde se comete el error de identificar el hecho como un problema.

Y en vista que la sociedad vive en crisis, en precarias condiciones económicas, falta de servicios públicos y la delincuencia poniendo de su parte, los hechos que le suceden al ciudadano en su mayoría, son de consecuencias negativas y pueden generar problemas.

Así que, si la persona estresada quiere disminuir el estrés o la presión a la que se siente sometido, debe examinar las consecuencias de los hechos para encontrar cuál es su problema, si es que lo hay.

Si encuentra que tiene un problema, ese problema al planteárselo debe quedar con una interrogante.  ¿Y ahora qué hago para…? ¿Cómo hago para…?

Como práctica para destrabar la mente, les recomiendo que hagan una larga lista de HECHOS que les haya sucedidos o que les estén sucediendo.

Hazlo, deja de pensarlo. Cuantas veces le cuentas tus problemas a alguien y le dices; “Me voy a divorciar, ya ella me tiene arrecho”, “Lo que gano no me alcanza para nada”. “Mi hijo se trajo la mujer para la casa y todo es un peo”, “este gobierno no sirve para una mierda”. “Me atracaron anoche y me quitaron hasta el celular”, bla, bla, bla…    

Por ninguna parte te estás haciendo una pregunta; de cómo hacer para resolver….X problema.

 

Si llevas a la práctica de manera consciente la identificación de cual es tú problema. Te quitas de encima las tres cuartas partes de la presión o el estrés que estas sufriendo.

Haz esa lista de hechos reales hasta que sientas que es tuya la comprensión.

¿Y qué vas hacer con los Hechos?

Si no quieres que te pase nada en la vida, pídele al Creador que es el mánayer, que te saque del juego.

La única manera que sientas o experimentes felicidad o placer es con los HECHOS, Y para eso tenemos la capacidad de pensar, para promover la mayor cantidad de hechos agradables, placenteros o deseables.

Y aún con toda la inteligencia que somos capaces para prevenir y evitar, suceden hechos de impacto dolorosos.

¿Has visto entrenar a boxeadores, peleadores, y otros deportes de combate? 

Les enseñan defensiva y ofensiva, y adicional resistencia. Capacidad para aguantar, para resistir lo suficiente que le permita continuar en el combate.

La vida, o la relación con los demás no es un combate, pero hay que estar preparados, o tener la capacidad de resiliencia para sobreponerse a los fuertes impactos de hechos con consecuencias dolorosas.           

Ya sabes en teoría lo que debes hacer para reducir el estrés; si no haces algunas prácticas para desarrollar tu habilidad, entonces, sufre de estrés hasta que revientes carajo.

Autor. Emilio R. Fernández Ramos 

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