CUANDO EL PENSANTE TIENE QUE HACER JUSTICIA CON ÉL MISMO
LA CARCEL INFERNAL QUE LO ESPERA ESTÁ DENTRO DE ÉL
Hola amiga(o) pensante. Cuando te debes algo a ti mismo, “de que te la
pagas te la pagas”; “de que te la cobras te la cobras”. No te puedes escapar de ti.
Pero antes de decir de que se trata este tema; debemos aclarar el
significado de consciencia, ya que tiene variados usos, y el contexto no ayuda
a ver el significado que aplica en este caso. De hecho todo aquel que no
entiende el significado de una palabra, por flojera de buscar un diccionario,
usa el contexto para tratar de interpretar que se quiere decir, y por lo
general solo produce una vaga idea que no tiene apoyo fundamental de la
comprensión conceptual de dicho término y la mente no puede usarla como dato
estable.
La consciencia de la que vamos a hablar es una que para la gente que no
comprende, habita dentro del cráneo. Y cuya función es estar pendiente de las
transgresiones o violaciones de los códigos morales o éticos, y cuando esto
ocurre, la persona no puede ni dormir por los reclamos y acoso de esta
consciencia. “Agónicos remordimientos de consciencia que torturan al pensante”.
Esta llamada consciencia solo aparece cuando se comete una transgresión de
las CREENCIAS. Si tú consideras que algo es malo y lo haces, aparece la
“consciencia”. O si consideras que algo es bueno y no lo haces, aparece la
consciencia en forma de remordimiento, y puede llegar hasta el arrepentimiento.
Pero se han preguntado; ¿Qué es en verdad esta consciencia? Y ¿Por qué
ocurre este fenómeno psicológico?
Si han observado, y si no lo han
hecho, háganlo. Esta consciencia, da la impresión que no proviene del cuerpo
físico, ya que hasta el cuerpo está alterado como perrito regañado.
Tampoco parece ser la mente, ya que ésta, está apresurada tratando de
encontrar justificaciones que convenzan a esta consciencia que lo que hizo,
está bien. Sino muy bien, por lo menos no le quedó otro remedio que cometer el
delito.
Si no es el cuerpo y tampoco es la mente; entonces; ¿Quién es ese que no le
gusta lo que se hizo o se dejó de hacer?
Si prestan atención, esa consciencia parece ser el jefe; el mandamás. Ella
reconoce cuando se viola o se transgrede lo que ella ha pensado, considerado, o
cree como verdad. Según sus creencias, sabe lo que es malo y lo que es bueno.
Por esa razón arma tremendo escándalo y empieza a echar culpas ahí
encerrado, pero el único que está ahí es el pensante. Se comporta como cuando
tú rompes el teléfono, porque te molestaste con la novia o el novio. O le das
una patada al perro porque andas enojado por alguna vaina. Y la conciencia lo
que tiene cerca es su cuerpo y su mente.
¿Ya te vas haciendo una idea de quien estamos hablando?
Esa consciencia es lo que en esencia eres tú, y yo lo llamo “el pensante”.
Puedes ponerle el nombre que desees, espíritu, alma, thetán, elan vital, etc.
Ese carajo establece mediante ideas, pensamientos, o consideraciones,
acuerdos de lo que es para él moral o inmoral; bueno o malo.
Todo lo que esté dentro de sus creencias tiene su respaldo, pero si otro o
él mismo comete la transgresión, “a vaina”; se prende el berenjenal. “Muerte con el hereje”.
Por esa razón casi que se vuelve loco cuando viola sus propios códigos.
Pero el hecho de que le ocurra este malestar psicológico, son signos de
esperanza para redimirse. Ustedes conocen criminales comprobados que ni las pruebas
del polígrafo o detector de mentiras, detecta signos de culpabilidad. Estos
pensantes pueden dar órdenes para asesinar a toda una familia por venganza contra
alguno de ellos. O a toda la población de un grupo étnico, porque no entran
dentro de sus creencias y nada les perturba el sueño.
No piensen nada más en muchos líderes mundiales que parecen criminales
natos; los hay por todas partes, por todos los estratos sociales.
A veces nos equivocamos con unos de estos pensantes que como consciencia ya
están muertos; y le damos “poder”, al elegirlo como pareja, como jefe, como
gobernante. Y lo que viene es destrucción y caos.
Miren alrededor, pero también pónganse la mano en el pecho, y tengan una
buena conversación con su “consciencia”. No vaya a ser…
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