LA MISTERIOSA NADA
UN BUSCADOR DE LA VERDAD DEBE ENTENDER LA NADA
En el relato bíblico
Génesis dice: “Dios creo el mundo de la nada.” La ciencia para explicar el
origen del universo no les queda más remedio que recurrir a la “nada” previa. A
los creativos, las ideas le vienen de la nada.
Respira profundo tres
veces para que oxigenes bien tu cerebro.
La materia prima para
crear este universo se obtuvo de la nada. Una nada que da que pensar. Si el
árbol que vemos salió de una semilla, ¿será la misma semilla transformada en
árbol? ¿Será que todo lo que vemos es la nada transformada? Y si es así, ¿puede
considerarse la semilla separada del árbol y la nada como algo separado del
todo?
Desde lo micro a lo macro, desde lo no visible
a lo visible, todo comportamiento de la energía existe y persiste por la
presencia de la “nada”. Necesario es para el observador separar la nada
producida por ausencia o desaparición de algo con esta misteriosa “nada”.
El principio no
observable del comienzo y de la persistencia de este universo, es esta nada.
Sin la nada no hay localización, y mucho menos movimiento. Ese es el espacio o
“quinto elemento”. (Éter; sustancia mediante la cual se han creado todas las
cosas)
¿Sera que tanto el
universo como la vida no pueden separarse de la nada? ¿Y qué le pasa a la vida
inteligente que huye, evade o quiere escapar de la nada?
La mejor prueba es ver
a los seres humanos lo que sufren por la muerte; (una especie de viaje a la
nada). Y todos los desórdenes psicológicos se derivan por el esfuerzo al tratar
de persistir o existir evadiendo llegar, o acercarse a esa “Nada”. Temen que
hagan nada de ellos.
Aquellos que quieren
alcanzar “la verdad”, pero a la vez evaden la nada, nunca saldrán de su mente. El
camino a la nada es el camino a la verdad, pero es un camino que debe comenzar
con salir del reducido mundo psicológico que se ha creado hasta volver a llegar
a la vida fisiológica natural donde todas las direcciones conducen al
reencuentro con el creador.
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