“VOLVER A SER COMO UN NIÑO PARA ENTRAR EN EL REINO DE LOS CIELOS.”

  


QUE TIENE QUE VER CON LA VIDA FISIOLÓGICA Y PSICOLÓGICA

“Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”. Mateo: 18. 3-4.

Me permito interpretar esta expresión bíblica, debido a que explica muy profundo lo que venimos hablando de la vida fisiológica y la vida psicológica.  

Desde niño he oído esa expresión y todos hacen referencia a la inocencia del niño. Pero no conocí a nadie tratando de ser como un niño y enseñando a otros como hacerlo. Todos quieren ir al cielo, pero nadie quiere ir por este camino. ¿Por qué será?

Yo les voy a decir el porqué, más adelante.

En primer lugar, el mensaje es para los que ya dejaron de ser “como niños”. Poco a poco y sin que nadie se dé cuenta de lo que le está pasando, se pierden las condiciones para experimentar la vida en el “cielo”.

Ningún adulto sabe las razones y motivos para que en algún punto del camino se deja de SER como un niño. Si ya lo supieran no permitirían que sus hijos cometieran un error tan garrafal.

Hablan de perder la inocencia, y de los pecados como causa. Pero nadie explica de que inocencia se está hablando. Y si es de los pecados, todo grupo religioso, sectas y fanáticos, tienen infinitas listas diferentes unos de otros, de lo que es malo o pecado.

La solución para volverse otra vez como originalmente llegaron a esta vida; (la condición de un niño) que observo que tiene un uso generalizado es; “el arrepentimiento a un Dios que les perdona todos los pecados”. En ingles; delete; borrón y cuenta nueva.

Con meterse en la regadera del arrepentimiento se vuelve a ser como un niño, pero observando a estas personas con detenimiento, no parece que hayan cambiado mucho lo que tienen en la mente. Cada corriente religiosa asegura que en su regadera y con su dios es que de verdad ocurre la purificación.  

Por lo que está sucediendo, pareciera que todo niño está condenado a caer en las “pailas del infierno” sin que nadie pueda evitarlo.

Por favor no dejes que tus creencias te impidan seguir leyendo para que puedas evaluar lo que yo observo; opiniones que ni yo mismo voy a poner por encima de mí, ni de ti, ni de nadie.

Pero es curioso examinar los detalles que voy a describir.

Naces, eres niño, tienes las condiciones integras requeridas para volver de dónde has venido, “cielo”.

La vida fisiológica con la que se viene a la vida, está incólume, pulcra, limpia, suave y transparente. Y la vida psicológica no existe.

Si le prestamos atención al niño recién nacido, y hasta cierta edad, no se identifica con nada. La prueba está que puede jugar con el mismo placer, con otro niño de cualquier color, de cualquier nacionalidad, de cualquier sexo, con cualquier deformidad física, de cualquier estatus social, y puede jugar con cualquier cosa con placer porque todavía no ha completado un “Yo” psicológico. Por lo que no tiene “prejuicios ni está identificado con nada.”

Mientras se mantiene viviendo la vida desde lo fisiológico (la vida obra del creador supremo), sin que la producción psicológica empiece a coartar la experiencia de la vida tal como es, la persona es unión con todo lo que le rodea. No padece de exclusión o inclusión, las diferencias son solo las necesarias para mantener una individualidad.

Hoy en día los que luchan por la falta de tolerancia, por la igualdad, por inclusión, o por la desaparición del racismo, no tienen incluidos en su comunicación y simpatía a los que llevan la contraria. Si los dejan sueltos se matan entre ellos, y que por la justicia. (Cuentan que Mandela ya presidente se encontró con su verdugo y no mostró signos de intolerancia)

Ser como niño es volver a vivir la vida desde lo fisiológico a pesar que vayamos desarrollando una personalidad para efectuar nuestro desenvolvimiento social; sin que lo psicológico tenga inherencia dominante en nuestro juicio o sensatez de nuestro comportamiento.

El creador supremo te trajo a esta vida con las condiciones impolutas, y la facultad para pensar.

En vista de que muchas personas se han dado cuenta que la facultad para pensar se les ha convertido en un problema, da la impresión que es un error del creador supremo concedernos esa virtud.

Si llueve es malo y si no llueve también. Tenemos una facilidad increíble para poner significado a todo lo que percibimos y experimentamos. Y ese significado que le damos a las cosas, es para nosotros la verdad absoluta. El creador supremo que se vaya a la mierda con su creación.

Está bien, estoy exagerando para llamarte la atención. Pero comprueba a ver si tu creencia de que los vendavales son asesinos, no está catalogando de asesino a quien los creó.

El que es “como un niño” ve su sombra y se asusta. Ve algo que se mueve con él, pero sabe que no es él.

En cambio, el que ha dejado de ser como un niño se ha convertido en su sombra y cree que es él. Se ha convertido en todo lo que ha pensado y cree que eso es él.

Eso es lo que les ha sucedido a muchos y no se han dado cuenta. Se han convertido en su sombra, están invertidos. Viven en su creación psicológica, y la obra del creador supremo, su vida fisiológica, es una más de sus posesiones, como su carro o su casa.

Si te parece probable que ese haya sido el error, ya sabes cómo lograr las condiciones de nuevo para ser como un niño.

¡Empiecen a disparar que me puse el traje antibalas!

Ha sido un placer. Buen provecho a quienes pudieron digerir algo.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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