NO ME LLAMES POETA
NO ME LLAMES POETA
(Poema)
No me llames
poeta, me confundes como a un aljibe con el agua revuelta que no sabe si dejar
que te bañes o dejar que sacies la sed.
¿Poeta yo?
Si soy como
un indígena artesanal que recoge de su entorno selvático aquello que le sobra a
la naturaleza para ofrecerlo a cualquiera que pase sin importarle su raza, su
religión, sus creencias políticas, su estatus social o intelectual. Lo único
que se necesita es saber leer y escribir.
No llames a
mi artesanía poemas delante de los catedráticos de las letras y las bellas
artes. No te atrevas a recitar ante ningún público uno de mis monólogos que
todos fueron hechos para oír mi propia voz interna, ya que solo tengo consciencia
que existo, pero no me puedo ver.
Deja que los
premios y reconocimientos los reciban quienes cumplen el condicionamiento de
las autoridades para que el poeta se exprese dentro de sus conceptos y
afinamiento de la lira que han construido para que te inspires y cantes solo
como ellos lo exigen.
¿Dónde están
los poemas del pueblo?
Como puedes
observar, solo unos cuatro pelagatos se babean en un auditorio para oír la
temática de moda, o la temática de complacencia a quienes fungen de jurado.
Solo cuando una de estas reconocidas autoridades aplaude, el resto de la manada
se aporrea las palmas de las manos con euforia para demostrar que también son
sabios, que entendieron la profundidad del contenido de un montón de palabras entrecruzadas
e incoherentes que no dicen nada entendible para una persona que solo sabe leer
y escribir.
No me llames
poeta. No es que me ofendes o que me molesta, lo que pasa es que aquel que
ejerce una profesión sin el reconocimiento de las autoridades es un impostor, y
yo prefiero ser un artesano de las letras que se distrae y busca distraer a
otros sin ninguna otra pretensión subliminal.
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